Capítulo 31.

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-¡Comida con youtubers!

-¡Dime que tienes ajo! ¡Rubén Doblas, dime que tienes ajo! –Cris se desespera.

Ella y Rubius han ido a casa de este último, y andan con el tiempo justo para preparar la comida. Tienen que hacer algo que cunda para once personas, y creo yo, que un huevo frito no da para tantos estómagos vacíos.

Han decidido hacer pollo al ajillo. Pero el problema es que ni Rubius ni Cris son buenos en la cocina. Rubius siempre ha vivido de comidas preparadas, y a Cris la comida se la hace su madre. Por lo tanto, no son unos chefs de primera.

-¡El ajo! –Rubius se lleva las manos a la cabeza- Espera... Creo que... ¡Sí, sí que tengo!

Rubius abre un cajón y de él saca un bote con ajo en su interior. Lo coloca junto al vino blanco (vino que sirve para cocinar) y junto al pimentón. Cris asiente y mete el pollo al horno. Van con el tiempo justo.

-Pues ale, a descansar... -Rubius estira los brazos, calmando todos sus agarrotados músculos. Va a la sala y se sienta en el sofá, mirando hacia arriba e ignorando por completo a la gata negra que se ha posado a su lado.

-Pero si solo hemos cocinado un triste pollo... Tan cansado no puedes estar... -Cris sonríe, sentándose a su lado.

Rubius la rodea con su brazo izquierdo y Cris apoya su cabeza en el pecho de él.

-¿Me ve ustéh como un chico deportista? –le pregunta, acariciándole el pelo.

-La verdad, no –Cris sonríe, sintiendo el calor del chico sobre el que está apoyada- Seguro que hasta Ust hace más ejercicio que tú al mover los dedos.

-Ahí le has dao' -sonríe Rubius- ¿Tú hacías deporte, no?

-Sí, ya te lo dije –Cris recuerda viejos tiempos- jugué en un equipo de handball durante 7 años, pero lo tuve que dejar porque, joder... Los estudios me eran imposibles de sacar adelante con mi cabeza centrada en el balonmano...

-Qué putada... Si te consuela, yo de pequeño era malísimo jugando a fútbol... ¡Si ni siquiera sabía cual era mi portería!

Cris ríe, a pesar de que ya lo sabía (ya que en el DRAW MY LIFE, Rubius lo menciona).

-Yo ahora salgo a correr de vez en cuando... Para mantenerme en forma y tal...

-Si ya estás buena –sonríe Rubius.

-¡Rubén! –se queja ella con las mejillas ardiendo, mientras gira la cabeza para mirarlo- Podrías venirte algún día a correr conmigo...

-¿Yo? ¿Correr? No, no que al centímetro ya estaría cansado... -Rubius sonríe, enredando sus dedos en el rubio cabello de Cris. Raspby, que ve a su amo dar cariño a una chica y no a ella, salta sobre el pecho de Rubius- ¡Puta gata! ¿Qué haces?

Raspby suelta un ligero "miau", ladeando la cabeza. Se sienta sobre el sofá. Cris se levanta y la acaricia.

-Pobrecita, que abandonada la tienes... -la gata ronronea, a gusto con las caricias de Cris- ¿Verdad que sí? ¿A qué tu amo es un arisco? ¿A qué no nos da cariño? –Raspby maúlla, como si estuviera de acuerdo con ella.

-¿Qué no os doy cariño? –Rubius se hace el ofendido- ¡Ahora verás!

Rubius, haciendo caso omiso a la gata, se abalanza sobre Cris y comienza a hacerle cosquillas. Cris, sin reprimirse, da patadas e intenta zafarse del agarre de Rubius, pero él se le sienta encima, dejándole sin escapatoria.

-¿Vas a volver a decir eso? –Rubius continúa con las cosquillas.

-¡NO!... ¡NO!... ¡Rubius, para! –Cris se retuerce bajo Rubius de la risa.

La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora