Capítulo 67.

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-El cuadernillo marrón 2/2

Algo más tarde y tras haberse despedido de Christian y de Natalia, Rubius y Cris caminan hacia la casa de esta última. El clima en Madrid es cada vez más frío y el cielo se ha cubierto de nubes grises. Parece que va a llover.

-Cris, ¿te pasa algo? –le pregunta Rubius apretándole la mano.

Tras un corto pero intenso silencio, la chica contesta:

-No, estoy bien.

Continúan el camino sumidos en un incómodo silencio. Nunca antes habían pasado por una situación así. Cuando se despiden en su portal ni siquiera se besan. Se despiden con la mano y con dos sonrisas forzadas.

La chica se arrastra dentro del portal, desganada. Abraza el bolso contra su pecho y suspira. Pulsa el número cinco en su ascensor. Mientras el ascensor se eleva hacia su casa, se contempla en el espejo. Algo en ella ha cambiado. Sonríe ligeramente, pero siente que no es la misma.

Da media vuelta y nota que el ascensor se ha parado. Sale de él. Se siente como en una burbuja, burbuja que ha sido creada por sus suposiciones. Sabe que algo se cuece, lo nota en el aire. Y más ahora con la presencia de Natalia.

En casa no hay nadie y eso entristece a Cris. Le apetecía jugar con su hermano, pero ve que eso no va a poder ser. Y entiende que Dani quiera salir. Son las 21:00, lo ve más que comprensible.

No tiene nada de hambre, así que sube a su habitación con la misma desgana con la que lleva toda la tarde. Bueno, no toda exactamente. Desde el incidente del teatro... ¿Quién sería esa chica?

Al llegar a su habitación, observa que se ha dejado el portátil encendido. Suspira. ¿Hoy todo le va salir mal? Contemplando que la batería está al mínimo, va a la carpeta donde guarda su música y elige Sweet Child O'Mine de Guns N'Roses. El rock siempre la ha relajado.

Se tira en su cama y se frota la cara con las manos. ¿Por qué tiene tantas dudas sobre su chico? Si Natalia estuviera embarazada de él ya se lo habría dicho... ¿No?

Pensar en Natalia le hace recordar que tiene un regalo de ella. Se sienta y alcanza su bolso, el cual lo había tirado al suelo sin ningún tipo de cuidado. Saca el cuadernillo marrón y acaricia la portada. No pone nada, ni un mísero título. Su tacto le da cierta sensación de relax. Respira profundamente. Leer poesía la relajará.

Abre el cuadernillo y la primera página hace que su cabeza se confunda mucho más de lo que ya estaba. Y es que ese cuadernillo no es, para nada, un cuadernillo de poesías del siglo XVIII. La cursiva letra de Natalia dice lo siguiente:

Cristina, hola. Lo siento, esto no es eso que creías. Te escribo esto desde mi habitación en Londres. Quiero que, antes de seguir leyendo, te asegures de que quieres saber lo que aquí está escrito. Por favor, te aseguro que esto va a ser muy duro para ti...

Cris deja de leer. Observa el techo de su habitación, se pone cómoda y asiente para sí misma. Este asunto la intriga. Un momento... ¿Estará en él la respuesta a todo lo que se traían Rubius, Willy y Natalia entre manos? La canción de Guns N'Roses termina. Sus ojos se vuelven a perder entre las letras:

Bien, veo que has decidido continuar leyendo. Me lo suponía, sé que eres valiente. Verás, Cris, todo empezó hace un año, más o menos. Mi vida marchaba bastante bien. Aun salía con Rubén, pero... Bah, aquello tampoco iba viento en popa, precisamente.

Un día, estaba yo en el Retiro tan tranquila, cuando algo llamó mi atención. Te vi, Cris. No lo podía creer. Ibas haciendo footing, así que no pude parar a observarte demasiado bien. Pero supusiste un cambio en mí, como si en mi cerebro algo volviera a activarse, algo olvidado.

La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora