Capítulo 2.

19.3K 1.1K 134
                                    

-¿Yo, hipster?

La 13:00. Mientras el ruidoso timbre del colegio suena, Cris recoge sus cosas a toda prisa y sale corriendo de clase. Tropieza con un par de compañeros, a los cuales simplemente les saluda con la mano.

Sale del edificio principal y se dirige al sitio donde la recoge su madre siempre en coche. Ya la avisó de que ese día saldrían antes de clase (puesto que el profesor faltaría a la última hora, como ha sucedido).

Su madre siempre la lleva en coche a casa, ya que le pilla de paso. La madre de Cris, Nieves, es médica y siempre va al hospital en el que trabaja en coche. Y en la trayectoria le da tiempo a recoger a su hija y llevarla a casa. Plan perfecto.

-Hola, mamá –Cris saluda a su madre con un beso en la mejilla mientras entra al coche. Se sienta en el asiento del copiloto.

-Hola, cariño. ¿Qué tal todo?

-Muy bien. El profesor de ciencias ha faltado, como te dije ayer.

-Sí, y yo hoy llegaré una hora antes al trabajo... -La mujer resopla y arranca el coche.

-Vamos, si te encanta trabajar...

Su madre se pasa horas y horas encerrada en el hospital, pero no es la típica persona que se agobia con el trabajo. A Cris le da la impresión de que disfruta con ello.

-Lo que tú digas...

Continúan el viaje hablando de esto y lo otro: los próximos exámenes, la importancia de la Selectividad, que han dado buen tiempo para el fin de semana... Tras una animada trayectoria, llegan al edificio donde viven y la joven se despide de su madre con otro beso en la mejilla y una sonrisa.

La chica saca las llaves y entra en el portal. Coge el ascensor que le lleva hasta la quinta planta. Una vez allí, abre la puerta y entra al silencioso piso.

En casa no hay nadie, como siempre. Su padre también es médico y se pasa horas fuera de casa. En cuanto a su hermano mayor... Está en la universidad y sus horarios no coinciden casi nunca.

Cris entra a su habitación y deja encima de la cama su mochila, arrojándola sin ningún tipo de cuidado, como quien se libera de un gran peso literalmente. Coge el móvil, se hace un bocadillo en un momento, dinero, las llaves y su preciado portátil. A pesar de estar en verano hace un poco de frío, así que encima de su camiseta blanca se pone su sudadera negra preferida: una que tiene dibujado un creeper verde en el centro y en la cual pone "Keep calm and be gamer". Se mira en el espejo por última vez, sonríe y sale de casa.

Y os preguntaréis adónde va. Fácil respuesta. No le gusta nada comer en su casa sola, siente que la soledad y el embargante silencio de casa le sobrepasa. Así que todos los mediodías va a un Starbucks, una cafetería algo más "exclusiva" que las corrientes, que está al lado de su casa a comer. Le encanta el ambiente que hay en los Starbucks.

Llega al establecimiento mencionado y se sienta en una mesa al fondo, al lado de un gran ventanal desde el que se aprecia la calle. Abre su portátil y, mientras se inicia sesión en Windows, va a la barra a pedir alguna bebida.

-¿Lo de siempre? –le pregunta Gonzalo cuando es el turno de la joven. Gonzalo es el dependiente que siempre está a esa hora.

-Lo de siempre –responde ella con una sonrisa. Le gusta estar familiarizada con el establecimiento y con los que trabajan allí.

La joven recoge su frappuchino pocos minutos más tarde y vuelve a su mesa. Su portátil ya se ha encendido y, tras dejar su bebida a un lado y pegarle un mordisco a su bocadillo, entra en Twitter. Otra de las ventajas del Starbucks es que hay Wi-Fi gratis. Una gran ventaja.

La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora