Capítulo 60.

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-Obsesión= inestabilidad mental

-Me encantan los animales -sonríe Cris.

Se sienta en la cama y observa pensativa la ventana por la que se acaba de ir su nuevo amiguito. ¡Qué mono era! ¡Y menudo susto le ha pegado! Maldito Rubius...

-¿Qué tal has dormido? -le pregunta precisamente Rubius, sentándose junto a ella y besándole la mejilla cariñosamente.

-Muy bien -le contesta ella. A continuación añade-. Ah, por cierto. Roncas.

-¿Qué? ¿Ronco?

-Sí, roncas.

-¡No me jodas, tío! ¿En serio?

-Que sí, que sí.

-¿Te he despertado?

-Sí, pero tranquilo. Me he vuelto a dormir enseguida.

-Lo siento, de verdad.

-No pasa nada, hombre -ella le obsequia con otro beso en la mejilla y ambos se sonríen.

El chico se estira y contempla la hora en su móvil. Abre los ojos como platos y suelta una carcajada. La chica lo mira extrañada.

A Cris le encanta el pelo de Rubius en ese momento. Está despeinado, de una forma completamente adorable. Tiene los mofletes algo sonrojados, quizás debido al calor. Su risa la enamora, tan espontánea, tan única, tan él.

-¿De qué te ríes? -le pregunta, acercándose a él e inclinando la cabeza sobre su móvil.

-Sin más. No me esperaba que durmiéramos tanto.

-¿Qué hora es, pues?

-Las dos y media.

-¿De la tarde?

-¡De la noche no va a ser! -ironiza él, sonriendo.

-Vale, vale, lo capto. Qué tarde. ¿Qué vamos a hacer?

-¿Cómo que qué vamos a hacer? -le pregunta él, visiblemente divertido-. Nos levantamos, comemos, andamos, respiramos... Lo típico, ¿sabes?

-Qué gracioso te has levantado hoy, ¿no?

-Anda, cállate, hobbit.

Ella suelta un bufido y observa como Rubius deja su móvil en la mesilla de noche. Luego, siente sus brazos rodeándola y atrayéndola hacia él. No pone reparos y disfruta de su contacto, de su olor, de su cariño.

-Me encanta dormir contigo -le susurra al oído. Cris nota un escalofrío en la espalda, probablemente provocado por esas palabras.

-Y a m-mí co-contigo -logra responder ella, mientras nota besos de su chico por su cuello. Besos lentos, besos seductores. Besos que la hipnotizan, que la vuelven tonta.

-No sabes lo que te quiero... -le susurra, interrumpiendo su sesión de besos y abrazándola bajo su camiseta del pijama.

Ella, deseosa de probar sus labios, se gira y funde sus labios con los de él. Sus manos se posan en la cara de Rubius y se balancea mientras el beso continúa. La lengua de él obliga a Cris a abrir la boca y sus lenguas comienzan un juego muy seductor. Hasta que él lo interrumpe, sonriente. Aún abrazándola, se separa y le susurra al oído:

-Me voy a duchar, que debo de oler a cerdo. No te muevas, ¿eh?

-Hueles bien.

Él vuelve a sonreír, esta vez de lado, y le propina un beso rápido en los labios. Luego, el chico se levanta y camina por la habitación. La mirada de Cris baja sin querer hasta la parte trasera de los calzoncillos de él, y se avergüenza en cuanto descubre lo que acaba de hacer.

La gamer del Starbucks (Fanfic Rubius) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora