Estrategia

339 41 78
                                    





Narra Shikamaru



El sonido de la puerta me llevó a mirarla.

Me levanté y caminé para abrirla.

Suspiré al verla de pie en mi puerta.

— Creo que he llegado a conocerte lo suficiente como para saber que algo te preocupa y mucho —sonreí y es que ella es tan maravillosa que vino después de que acostáramos a nuestros hijos— ¿me dirás que es?

— Hoy estuve con Sara —Temari me miró confundida— Sara es la madre de mis hijos... regresó.

Me acerqué y la abracé fuerte, hace tiempo no me sentía tan preocupado y despedazado, verla fue como recordar todos esos años que vivi a su lado.

Suspiré angustiado porque sabía perfectamente lo que vendría de aquí en adelante.

— Salgamos —corté el abrazo y verifiqué mis llaves en mi bolsillo— necesito fumar

Ella asintió y retrocedió para que yo cerrara la puerta de mi casa.

Salimos de mi jardín frontal y cuando empezamos a caminar por la vereda ella sostuvo mi mano.

Nos mantuvimos en silencio hasta cruzar la calle, ella no me preguntó nada y yo quería contarle tantas cosas pero sentía que no era justo cargarla con mis problemas.

— Ella se apareció hoy y me pidió verlos

— ¿Así sin más? —asentí— no le dijiste o no le preguntaste dónde estuvo todo este tiempo o que fue de su vida

— No porque no me importa —suspiré— ella quiere verlos y ser su madre —la miré— y eso es lo único que me importa porque yo no quiero que los vea, ni que les hable, no quiero... simplemente no quiero.

— Es más complicado que eso —miré al frente— ella tiene derechos

— ¿Me hablas como madre o como abogada de familia? —ironicé

— Shikamaru —ella se detuvo y yo solté su mano— no pelees conmigo

— ¡Mierda! —renegué— ¡Esto es lo ultimo que esperaba en estos momentos! ¡Lo último!

Empecé a caminar en círculos como león enjaulado

— Te hablo como abogada —susurró— porque para mi desde que ella dejó a sus hijos y no cargó con ellos es cualquier cosa menos madre.

La miré y ella tenía la mirada en el piso

— Lo siento —me acerqué y la abracé— no quiero discutir y lamento agarrarmela contigo pero me siento frustrado porque se que no puedo hacer nada —me abrazó y yo me aferré a ella— dime que hago...

— Tendrás que hablar con ellos primero, contarles que su madre ha regresado y quiere verlos... debes conciliar para un régimen de visitas, te recomiendo hablar con ella lo más calmado posible, si te vas a juicio vas a tener que demostrar lo que hizo y en este caso por la edad de tus hijos, ellos tendrían que testificar sobretodo Alex, pasarían por psicólogos y Cámara Gesell...

— No quiero eso para ellos, eso es traumático y sería cargarlos con la responsabilidad del desenlace de un juicio que estoy seguro ganaría —suspiramos— ¿Dios porqué no se quedó dónde estaba?

— Deberías preguntárselo —corté el abrazo— debes aclarar tu mente y pensar como abogado —nos miramos—, debe haber una razón para que haya regresado, no la conozco pero regresar de la noche a la mañana no tiene sentido.

— No quiero preguntárselo

— Pero debes hacerlo —refutó— mira dile que es importante que te cuente lo que ha hecho porque no quieres exponer a tus hijos algún peligro y lo mas importante las visitas deben ser en tu casa, no permitas que los saque ni al parque

Estúpido CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora