La hija de papá

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⏰Viernes 7:03am


Toni y Liam seguían durmiendo, hoy tenían cita con el psicólogo y no irían a la escuela, por lo que Alex desayunaba solo en compañía de su madre.

Shikamaru pasó por la habitación de su hija y como vio la puerta junta tocó entrando.

— ¿Estás despierta?

— Si —respondió ronca— pasa

Shikamaru entró y caminó sentándose en su cama.

— ¿Cómo has amanecido?

— Tengo flema pero ya no me duele la garganta

— Ya te va pasar entonces, de todas maneras le dije a tu madre que ya que van a la clínica te revise el neumólogo

— Si está bien —tosió—

— Sam —ella lo miró— atentar contra tu salud solo porque si no es bueno

— Discúlpame no lo voy a volver hacer.

— Entiendo que estos días no han sido buenos para ti —ella bajo la cabeza queriendo llorar— pero toma las cosas con calma, si es para ti tocará la puerta y tratará de solucionar las cosas, eso hacen los hombres

— ¿Pero y si yo tuve la culpa?

— Una relación sea de amigos, novios... o salientes —suspiró con pesadez— es de a dos y los responsables son los dos no uno solo, buscar culpables no mejora las cosas

— Pero no me escucha

— ¿Encima sordo? —negó y Sami sonrió— que lindo es verte sonreír después de días

Sami empezó a llorar y lo abrazó

— Me siento muy angustiada lo peor es que hay otra chica que está detrás de él

— Pues si la escoge él se lo pierde —corto el abrazo— no es el único chico que hay, ya te enamorarás de uno que te quiera

— Pero él me dijo que me quería

— Entonces va respetar sus sentimientos por ti, nadie que quiere voltea a ver la primera falda que pasa por su costado y no se trata de adultez o juventud, eso es madurez, por ejemplo Alex no haría eso y tiene su misma edad.

— No, Pollito no es así.

— No llores reina que me partes el corazón y nadie ni siquiera yo merezco tus lágrimas

— Eres demasiado cool —tosió— hoy iré a comprarle un regalo de cumpleaños

— Yo voy a llevarte a su casa en la noche para que se lo entregues —la peinó acomodándole el cabello

— ¿De verdad? —su padre asintió— gracias

Shikamaru suspiró y sacó su billetera de su bolsillo

— Ten —le entregó dinero

— Pero yo tenía dinero separado para comprar

— No gastes tu dinero, eso sólo me haría odiarlo más

— No es toda su culpa

— Si te hace llorar es su culpa —Sami asintió— y si te sobra dinero cómprale una crema para los granos y le dices que es de mi parte

Sami se empezó a reír y su padre también se rió

— Solo tiene un par y casi no se le notan

Su padre movió la cabeza y se acercó para darle un beso en la frente.

Estúpido CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora