Estúpido Cupido

Gracias Lula

Norma se secó las lágrimas y entró al salón, los cuatro adolescentes estaban despiertos, Alex sentado con su hermana, Luis de pie mirando nuevamente a Lula y Bianca caminando hacia ella.

— ¿Y mi papá? —preguntó

— Se tuvo que ir porque tiene que trabajar y también tiene obligaciones con su familia —Bianca la miró— él ya nos ha ayudado bastante y a partir de ahora debemos pensar en que solo seremos las dos

— Pero él me dijo que no nos va dejar solas

Norma mordió sus labios para no llorar

— Si, a mi también me lo dijo pero no creo que pueda ser siempre porque ya sabes... tu padre tiene su familia

— ¿Va venir al entierro?

— No lo sé, no me lo dijo pero creo que ustedes pueden empezar hablar sin que yo sea la intermediaria —sacó su celular— copia su número y escríbele a su Whatsapp

— ¿Y si está ocupado y no le gusta que lo incomode?

— No creo que le moleste pero puede que esté ocupado, sólo salúdalo y escríbele algo chico.

— Mejor no —negó— si viene le pregunto si puedo escribirle

— Como quieras —le sonrió y la abrazó— mi Bianca.

Norma abrazó a su hija y lloró sintiéndose terriblemente mal.

Felipe manejaba despacio porque su cabeza estaba zambullida en recuerdos que no podía disipar, recuerdos...

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Durante esos años

Felipe llegaba a la casa de Monica, casa donde vivía desde que se casó hace seis años.

Monica caminaba en su habitación mirando su reloj

— Que bueno que apareces... —dijo al verlo entrar al dormitorio— ni siquiera respetas la casa de mis padres ¿has visto la hora que es?

— Te he dicho que podemos mudarnos pero no quieres, no tenemos porque seguir aquí

— Acabas de terminar la universidad y trabajas para mi padre, ¿crees que puedas comprar una casa como esta?

— No —se desvistió para cambiarse y Monica se acercó— pero un departamento podría ser...

Monica miró su cuello y su pecho.

— ¿Otra vez chupetones? —Felipe la dribleo caminando a la cama— ¿hasta cuando?

— Nunca te prometí fidelidad cuando nos casamos y eso lo sabes

— ¿Y eso te da derecho a faltarme el respeto cada vez que puedes? —él la miró— estoy embarazada

Felipe negó

— ¿Porqué te quitaste la T?

— Tenía que cambiarla —Felipe tiró su pijama a la cama— a mi también me agarró por sorpresa

— No seas mentirosa —renegó— si en tu cabeza está salir embarazada cada vez que te sea infiel te vas a llenar de hijos porque yo no pienso cambiar

— ¿Y me lo dices así? —empezó a llorar

— ¿Quieres que te mienta? —se sentó en la cama y Monica se acercó arrodillándose delante de él— Monica debemos separarnos no podemos seguir así...