Por humanidad

315 36 82
                                    





Narra Sara


_______________________________


Un día antes

Sábado 10:25pm


No puedo perderte... no puedo perder la única oportunidad que tengo para tener todo lo que siempre quise.

— No me lo vas a quitar —le dije a la tarjeta que tenía con su nombre en mi mano— no me conoces... he pasado por mucho como para ahora darme por vencida y dejar que seduzcas a Shikamaru y te apropies de mis hijos.

Mire el reloj calculando la hora de llegada de Catalina, mi plan debía salir perfecto es lo único que tengo.

Dejé su tarjeta en la cama y miré la cuchilla que había comprado, la cogí y me senté al filo de la cama en el piso.

Miré la cuchilla y recordé la vez que quise cortarme las venas en Estados Unidos fue cuando Liam me golpeó tanto que tenía la cara hinchada y no podía salir a comprar.

Fue la primera vez que me golpeó

Nunca voy a entender porque me trató así si yo siempre lo puse por encima de todo, incluso encima de nuestro propio hijo.

Shikamaru no puede quitarme a Liam, él no sabe que no es su hijo... por favor no me obligues a decirlo... no me pongas en esa posición porque el que va salir perdiendo vas a ser tú y no yo.

Respiré para no pensar en eso... Liam... si tan sólo hubieses querido a nuestra familia nada malo hubiese pasado y yo no estaría aquí, no estaría mendigando tener una vida que debí tener contigo.

Pero ya nada importa porque no podemos regresar en el tiempo.

Corté mi mano izquierda de un sólo trazo y la sangre empezó a salir sin detenerse

— Duele...

Cogí la cuchilla con mi otra mano y corté mi mano derecha.

La sangre empezó a salir mucho más fuerte.

Solté la cuchilla y me quedé sentada viendo como mi sangre salía.

Mi intención no era matarme como en esa oportunidad, mi intención es que...

— Lamento llegar tarde —Catalina abrió la puerta con varias bolsas en la mano— José quiere que haga inventario está loco mañana tengo doble tur... ¿Sara? —se acercó a mi soltando las bolsas— ¿Sara pero que te hiciste?

— Cata —empecé a llorar— me quiero morir ya no puedo más

— Pero no... —me miraba horrorizada— no puedes por Dios ¿Qué haz hecho? ¡Piensa en tus hijos!

— No puedo verlos... no quiere que los vea y yo prefiero morirme.

— Levántate —me jaló del brazo— tenemos que ir al hospital es demasiada sangre y tienes que estar bien por tus hijos... ¡Vamos Sara levántate!

Catalina me amarró las muñecas con unos polos y subimos a un taxi.

Debo confesar que las muñecas me dolían horrible, también sentía mi cuerpo relajado y débil... tenía sueño.

— No te duermas... ya llegamos Sara no te duermas

— Llámalo...

— ¿Qué? No Sara no voy llamarlo, ese hombre es el culpable de que te hayas hecho esto ¿Porqué no deja que veas a tus hijos?

Estúpido CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora