¿Te Conozco? (KimChay +18)

Truth (+18)

N/A: CORRO COMO POLLO SIN CABEZA.

FAVOR DE LEER:

Banda, a pesar de que disfruté mucho escribiendo este capítulo, de verdad que fue exhaustivo. Me costó mucho trabajo y necesito sus impresiones.

Si no dejan su retroalimentación me voy a morir ALV.

ADVERTENCIA: Tal vez me pasé un poquito con las descripciones. Si les incomoda el sexo gei, HUYAN.

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Kim tuvo que escuchar por diez minutos la desafinada melodía que tocaba una compañera de clase en el piano. Agradecido de no tener problemas de audición como la pobre muchacha que parecía no registrar las notas falsas que estaba añadiendo a cada acorde. Con los ojos clavados en sus manos sobre la mesa del pupitre, perdió sus pensamientos en sonidos más agradables: la voz de Chay. Su música. Su respiración. Los gemidos producto de su excitación. La humedad de sus bocas chasqueando y el sonido de la fricción de manos danzando en la piel.

"Ohhh", recordó el jadeo caliente contra su oreja.

Oh-oh. Su cuerpo reaccionando, un espasmo en la entrepierna y la boca seca. Suspiró deslizándose hacia atrás en su silla. Recargándose en el respaldo, echando la cabeza hacia atrás con los ojos puestos en el techo.

Eran las doce del día. La junta de ayer con su familia no había terminado hasta pasada la medianoche y él, al lado de su hermano y Porsche, había tenido que arreglar un asunto delicado. Una transacción que había salido mal, o eso indicaban los libros de contabilidad, porque las cuentas definitivamente no cuadraban.

Korn quería que Kim fuera quien atendiera esa situación, pues había sido él quien detectó el error unos días atrás. Las cosas se pusieron álgidas y definitivamente riesgosas, pero nadie terminó con una bala alojada en alguna parte de su anatomía y eso, ya era ganancia.

Había vuelto a casa pasadas las 5 am. Durmió pocas horas y se preparó para ir a la universidad. La universidad no era un tema demasiado complicado ni controversial para él. A veces iba y a veces no; cosa que no le ocasionaba mayor conflicto, aprobaba todas sus clases. La mayoría del conocimiento que pudiese adquirir en la facultad de música ya lo poseía, o lo aprendía rápido o se lo había enseñado la vida o su coach de canto.

Sin embargo, su compañera masacrando esa melodía de Bach en Si menor le estaba robando las ganas de seguir respirando en este mundo, lo cual le hizo cuestionarse por qué carajo había ido a la escuela ese día en primer lugar; se mordió el labio inferior incorporándose en su silla, conociendo a la perfección la respuesta. Ese lunes sería el primer día de clases para Chay y quería estar cerca en caso de cualquier eventualidad.

Haber conseguido que aprobaran su entrada a la facultad no fue difícil. Sí tuvo que mover algunas influencias, pedir dos favores y pagar una suma adicional de dinero, pero más allá de eso, fue bastante simple y no tomó más de un par de horas, tres llamadas telefónicas, una cita en persona y una transferencia bancaria. Cosa que no habría sucedido si Porchay simplemente hubiera asistido a su entrevista de admisión, pero bien, alguien tenía que solucionar el conflicto y Kim era la persona adecuada para dicha labor.

«Está en la cafetería» leyó en la pantalla de su teléfono. En las inmediaciones, sus hombres se encargaban del bien de ambos.

«¿Qué está haciendo?» insistió intercambiando textos con Tad. Había estado preguntando por Porchay toda la mañana.

«Pole Dancing»