¿Te Conozco? (KimChay +18)

Vegas

N/A: Estoy comenzando a hacer el traslado de todos los capítulos del otro libro. Al terminar, dejaron dos capítulos nuevos. Por favor, les encargo mucho que me regalen una lectura, un voto y sus comentarios para que no se vean tan solitarios estos capítulos que estoy trasladando. Jeje.

Muchas gracias. Manden suerte y buena vibra a esta vieja decrépita qué los ama con locura.

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Vegas sostuvo con el puño la firme e inflamada erección que palpitaba enrojecida entre sus piernas. Golpeando con ésta la mejilla de Pete cuya boca se abrió en el acto, listo para aceptarla en su interior.

En la otra mejilla, un nuevo golpe que chasqueó por su fuerza. La lengua abandonando la cavidad rosada y húmeda, buscando ansiosa el glande que rozó su nariz.

—Pete... —Pronunció su nombre con voz aletargada, ronca y susurrante. —You're so fucking hot. —Espetó penetrando su boca de un solo movimiento. Alcanzando con la punta la garganta que se ensanchó en el preciso instante en que le recibió entero.

Un prolongado y audible gemido abandonó a Vegas, reverberando contra las paredes de la habitación, mezclándose con las leves arcadas de Pete, con las inhalaciones y exhalaciones forzadas y ruidosas que vibraban a través de su nariz, formando una melodía apaciguadora y, al mismo tiempo, enardecedora.

Podía sentir el profundo y punzante deseo, tirar de los músculos y los nervios alrededor de su entrepierna hasta el centro, como la fuerza de gravedad con la que una supernova colapsa bajo su propio peso.

Las lágrimas rodando por las mejillas de Pete, descendiendo por debajo del antifaz negro que cubría sus ojos. Las manos atadas detrás de la espalda, la boca inundada con la excitación animalística de su amante enérgico, encendido y demandante. Su propia erección rezumaba líquido preseminal que escurría desde la punta, hasta la base; que mojaba su pelvis y bañaba las sábanas del colchón sobre el que estaba hincado. La cadera, poseída por el anhelo, instintivamente haciendo movimientos circulares.

—Te mueres porque te folle ya mismo. —No fue una pregunta, fue una simple y llana afirmación que franqueó el sonido que emitía la succión de la boca de Pete, en torno a su miembro caliente y expectante. Se estiró sobre su espalda para alcanzar el agitado trasero de otro, dándole una palmada tan escandalosa y poderosa, que le escoció la mano. —Careful... —Empujó con el índice la frente de Pete al sentir las muelas deslizarse por la extensión de su pene. —Chúpalo bien. —Le ordenó por lo bajo entrelazando los dedos en su cabello para jalarlo en un intento por dirigir sus movimientos. —Ohhh, Pete. Así. Tú sabes cómo. —Susurró cuando estuvo satisfecho con la faena. Los gemidos de Pete ahogándose, chocando y vibrando contra su glande.

Vegas volvió a tirar de su cabello cuando sintió qué Pete lo liberaba de su boca, volviendo a hundirse lo más profundo que pudo, empujando contra la lengua carnosa y rosada. De textura suave y granulosa. Los labios abultados, enrojecidos producto de la succión, y los gruñidos de Vegas evidenciando la satisfacción que recorría su cuerpo.

—So. Fucking. Good. —Dijo entredientes observando el rostro contraído de Pete. La espalda larga y estilizada que se desplegaba frente a sus ojos. Una imagen sublime, provocadora, sencillamente deliciosa. Los sonidos que emanaban de Pete y la forma hambrienta con la que lo engullía. —Oh, sí. Cómetela. —Pronunció con el aliento pesado y la saliva agolpándose dentro de su propia boca. Tragó varias veces en medio de quejidos guturales y exclamaciones incomprensibles de placer. Otra vez la cabeza de Pete moviéndose en dirección opuesta y nuevamente jaló su cabello. Se sentía tan mojado, húmedo y bueno ahí adentro, que no estaba listo para abandonar ese refugio.