¿Te Conozco? (KimChay +18)

Side Story - Tadkhun EXTRA (+18)

N/A: ya no haré +18 si se quedan callad@s. Me niego a ser la única estoopida en esta ecuación 🤣🤌

N/A 2: No se olviden de seguir mi perfil de Wattpad ♡♡♡

Disclaimer: Si les incomoda el seggso gei, huyan.

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Después de decirle varias veces lo mucho que le gustaba. De haber aclarado sus pensamientos, alimentado y mejorado su opinión y haber abierto la puerta a su mundo interior, las barreras de Tad comenzaron a resquebrajarse. No sintió miedo ni tampoco preocupación en ningún punto de su incipiente historia con Khun, principalmente porque había dibujado líneas imborrables, claras y precisas; no obstante, luego de esa conversación, los límites establecidos de pronto perdieron su propósito, se tornaron difusos y sus instintos le ganaron la partida. Con los años; Tad había aprendido a escuchar a su intuición, y en ese momento, el pronóstico que vaticinaba era mayormente positivo. Quizá en esta ocasión, más que nunca, no era necesario hacer una excepción.

-Ai'Tad... -La voz de Khun lo hizo girar la cabeza para encararlo. -Yo no quiero esperar. -Musitó pegándose a su pecho. Rodeado por los gruesos brazos que los sostenían firmes y enérgicos. Se restregó contra el otro cuerpo. El sonido de sus respiraciones franqueando el insondable silencio de la habitación oscura.

Tad suspiró y reconoció que estaba perdido. En la cama con él. Debajo de las cobijas. Compartiendo espacio, calor, oxígeno y deseo. Inhalaciones profundas, exhalaciones prolongadas, corazones acelerados.

Rompió su propio mantra. Anuló sus principios. Desechó el sigilo con el que se había estado conduciendo y se dejó arrastrar por la bola de nieve que venía cayendo desde el pico de la montaña.

Él ya le había dejado claro a Tankhun por qué creía que tener sexo ahora no era una buena idea. Y Tankhun, por su parte, ya le había informado que su cautela le importaba una mierda. Su conciencia encogió los hombros: "Bueno, que sea lo que dios quiera". Pensó tratando de adquirir un desdén que no era propio de su carácter, ni menos de la persona que a menudo se empeñaba a ser. Para alguien que no creía en una inteligencia creadora o un dios regente, Tad tendía a depositar toda su fe en sí mismo. Su propia voluntad, su poder y sus capacidades.

Esa fue la primera vez que reparó en todas las cosas que cambiarían al lado de Khun. Partes de su ser que serían aniquiladas voluntariamente. El suicidio del rictus mental que lo conducía, la destrucción del dogma bajo el que vivía. Y es que si hubiera sido otra persona la que se lo pedía, jamás hubiera cedido.

Rendido y entregado a sus propios caprichos, se inclinó hacia él para unir sus rostros.

-¿Por qué? -Ronroneó frotando la humedad del interior de sus labios contra los de Khun que tenía el brazo en torno a su cintura, la mano aferrada a su espalda, la nariz chocando con la suya.

-No soporto. -Lloriqueó moviendo la pelvis ondulatoriamente. La entrepierna ansiosa e incontrolable buscando fricción, presión y un poco de alivio. -Tócame... -Susurró con las cejas caídas, sacando la lengua para introducirla en la boca de Tad quien soltó un gruñido involuntario y le encajó los dientes en el labio inferior. Sus manos obedeciendo el comando del otro, recorriendo toda la extensión de su espalda esbelta y angosta hasta llegar al trasero firme y levantado cubierto por la delgada tela del pijama de seda, ahí a su merced, indefenso. Redondeado, grácil y pequeñito en sus manos. Quería morderlo y palmearlo.

Con el agradable aroma a Tad clavado en el olfato y la creciente ebullición de su sangre irrigando en la entrepierna, Khun dejó escapar un suspiro dentro de su boca. Su muslo ascendiendo a la cadera, los brazos ciñendo el cuerpo de Tad con fuerza. Sus erecciones hallándose y el rostro de Tad sepultándose en su cuello. Lamiendo, succionando y mordiendo.