Pieces

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N/A: Esto es mucho más estresante de lo que imaginé 🫠🫠🫠

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°¤DOMINGO POR LA MAÑANA¤°

♥︎♡♥︎VEGAS Y PETE♥︎♡♥︎

El aroma desconocido y la sensación de las sábanas en su piel, le recordaron que no estaba durmiendo en casa. Se llevó los dedos al párpado para rascarlo con los nudillos antes de, poco a poco, abrir los ojos. 

Inspiró profundamente. Las largas cortinas que caían desde el techo hasta el piso estaban recorridas, dejando que la luz solar iluminara la habitación de colores pálidos.

Estiró los brazos por encima de la cabeza, girando el rostro a su costado para encontrar la mesilla rotatoria, la cual desprendía un fuerte aroma a pancakes, fruta, huevos, mantequilla y miel; llena de platos y bebidas. Sonrió.  

—Buenos días. —Vegas apareció en la habitación abotonándose los puños de la camisa blanca, fajada dentro del pantalón de color arena. Acicalado, fresco y bien vestido. Con los zapatos café de piel italiana perfectamente limpios y lustrados. Volvió a sonreír, esta vez más abiertamente. —¿Dormiste bien? —Le preguntó tomando el control del aire acondicionado para aumentar la temperatura un par de grados. 

Dormir a baja temperatura era más fácil, por lo que todas las noches, Vegas configuraba el A/C en diecinueve grados y, por las mañanas, tan pronto como se levantaba, se encargaba de ponerlo en veintiuno. Pete sintió una calidez derramarse en su pecho al descubrir que había esperado a que él despertara para hacerlo.

Lo siguió con la mirada mientras Vegas estaba ocupado moviéndose por la habitación, colocándose una cadena de platino y luego el reloj Patek Phillippe de colección que Kinn tanto le envidiaba. 

—¿Qué hora es? —Preguntó observando su espalda encorvada al tiempo que se ajustaba la correa con incrustaciones de diamante alrededor de la muñeca. 

—Las nueve. —Respondió y Pete soltó un quejido. No recordaba cuándo había sido la última vez que despertaba tan tarde. Atesoró el detalle de Vegas de dejarle dormir. —Trajeron el desayuno hace unos minutos. Pedí todo lo que más te gusta. —Dio media vuelta para encararlo en la distancia y compartieron una sonrisa. 

—Lo que más me gusta es lo que tú cocinas. —Se sentó en el colchón, estirando hacia arriba la espalda bajo la atenta mirada del otro. 

—Lamento que por el tiempo que estemos aquí eso no será posible. —Acababan de pasar su primera noche en el Fitzgerald y probablemente estarían ahí por algún tiempo antes de poder regresar. —Pero podemos ir a casa un par de días a la semana para mantener la tradición viva. —Pete asintió alegremente viéndolo aproximarse para darle un pequeño beso en los labios a modo de saludo. Su ritual de buenos días. 

—¿A dónde irás? Te ves muy bien… —Dijo saliendo de la cama con dirección al baño para lavarse la cara y los dientes antes de desayunar. 

—Dmitri me invitó a un brunch con "amigos". —Hizo comillas con los dedos y puso los ojos en blanco. 

—¿Oh? —Sin dejar de caminar a su destino, volteó para mirarle. —¿Y no puedo ir contigo? 

—Preferiría que no. Es gente engañosa.

—Y yo soy experto en lidiar con personas así. Me casé con una. —Peló los dientes y se metió al baño escuchando la risita de Vegas detrás suyo y mantuvo la puerta abierta volcándose sobre el lavabo. 

—Son personas con las que tendré que hacer negocios pronto. Ya sabes, peces gordos. —Pete no respondió, pero sabía a lo que se refería. Las redes de tráfico no se hacían solas y Vegas estaba a cargo del punto más alto de la distribución. Probablemente se encontraría con influyentes hombres de negocios, con uno o dos políticos; con algún cónsul ruso y, posiblemente, con más de un embajador asiático o europeo. 

¿Te Conozco? (KimChay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora