Nació una flor.

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En tierra infértil sembré una semilla, la tenía en un bolsillo con las maravillas, nunca ibas a crecer no habían expectativas, y el tiempo pasó y nada de la tierra salió, verano infernal, no parece tener final, sol cruel las abejas no tienen miel, las flores están secas.
Otoño mentiroso, sigue el calor en el huerto, el tulipán está muerto en un final poco decoroso, teñido de un marrón poco decoroso, no dejas a nada germinar, la lluvia se hace esperar y el tiempo pasa caprichoso.

Invierno amado por fin llegaste, las nubes han llegado  cargadas de emoción, pero el agua es una ilusión y no quiere dejarse caer, y esa flor yo quiero tener y que no se muera jamás, pero no quiere germinar tal vez no es el momento, un viento con soplo de tormento hace crecer mis ilusiones, ya basta de decepciones, ¡crece de la tiene ahora ya!.

Una mañana el sol se asomó, y un pétalo brilló iluminó mi alma en tornasol, al fin te conozco y prometo cuidarte, de las plagas protegerte, de la muerte defenderte, con agua mágica regarte, con polvo de estrellas bañarte.
Que las abejas disfruten de tu miel, que mis manos disfruten de tu piel, a mi vida le encantará saber que eres tan bonita, brillante y pequeñita al espíritu llegó a alegrar, con agua a mi vida regar, esta preciosa margarita.
Después de tanto falso calor, después de años de sol abrazador, de tierra seca y deprimente, de desiertos sin arrebol, llegó la lluvia, llegó la esperanza, por fin nació una flor.

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