Forjada por el viento.

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El trueno y el relámpago fueron testigos, presentes en cada momento, cuando emergió del cemento la tierra sepultada, la luces apagadas, las vidas paralizadas, el mundo se quedó ciego. Ventanas en penumbra, las velas agonizando, el suelo sigue temblando y el cielo le está contestando, las nubes son el escudo del infinito universo, ese que se ha revelado, que vino arrasando con todo lo que por el hombre fue sembrado, que vino a matar de hambre, a incinerar todo lo conocido, a crear denuevo sobre un mundo convertido en cementerio, se reveló contra su creador le impugnó sus formas y criterios. 

Bajando la oscura cordillera, como la lanza del destino, la salvación vino, como si un héroe fuera, a plantarle cara al universo, a disipar el nublado escenario, aún huele a muerto, ha llegado el viento a crear una nueva era. Nuevas nubes fue a buscar, nubes negras, el trueno y el relámpago se le unieron, a buscar al agua se fueron, las gotas con fuerza cayeron y limpiaron toda la tierra. 

El universo no se quedó tranquilo, formó su propia alianza, a su imagen y semejanza le ordenó a la luna atacar, para los mares poder agitar, menos luz mas oscuridad, hundir la humanidad, que los océanos borren la sangre, que no quede huella de la matanza. La luna no obedeció, el viento es mas poderoso, la trinidad del planeta, viento, trueno y relámpago al universo expulsaron, a la tierra rescataron y lloran por todos los muertos, maldito universo, despiadado e infinito, tu reino está en los cielos solo brindanos estrellas y luceros, no te metas en asuntos de la tierra, no enfrentes la espada de acero.

Todo está en silencio, la lluvia hizo brotar pistilos, las flores ya están en su lugar, el niño ya sale a jugar, el trueno y el relámpago se fueron a pasear de a poco se borran los tormentos, los abuelos salen a caminar, a los mas jóvenes han de animar porque al apocalipsis sobrevivieron, parece que después de todo Dios no es tan prepotente, mas bien un ser benevolente, de segundas oportunidades, y vaya que se borraron los tormentos, hay una nueva humanidad, una que no vive en cemento, una que vive de la tierra, que le canta a la paz, que con cada lluvia se pone a palpitar, una humanidad forjada por el viento. 

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