En el centro de mi pecho.

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No tengo precisamente un coro de ángeles, mas bien una furia intensa, ya nada es como antes, tu andar pusilánime, un latido detonante, una tormenta perfecta.
La percusión de una orquesta llegando al clímax de la sinfonía, un grito de agonía, un dolor que desespera. 

¡Sal de ahí de una buena vez!, rompe las costillas que nada duele, todo ya esta muerto ya no hay ojos que no ven,  corazón que ya no siente por que ya lo apuñalaron, lo escupieron, lo pisotearon, con engaños lo desangraron y late por que tiene que latir, solo para hacerme vivir lo que mis ojos observaron.

Y aquí vamos de nuevo, redoble de tambores, no me quites los colores que ya no me queda vida, no tengo la fuerza, la misión está cumplida, y te cuelas por mi techo con tu figura en perlas esculpida, te acurrucas en mi lecho perfecta desconocida.
Todo está hecho, ultima oportunidad, dame la tranquilidad que estoy en mi derecho, no quiero andar un trecho y encontrarme con sorpresas, no quiero volver a ser presa de engaños ni cohechos, no quiero quedar maltrecho otra vez  por la pena, haz que valga la pena lo que llevo en el centro de mi pecho.

Versos de noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora