Días.

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Son en precio que he tenido que pagar, son amargas veinticuatro horas, son horas eternas para divagar, son las batallas que no quiero pelear y las pesadillas que no quiero soñar.
El inicio peculiar, tendría que ir a trabajar mas solo quedarme mirando el techo es lo que hago, esta enfermedad aún no me la trago, mis venas las quiero drenar.

Es la mitad a la que costó llegar, los miércoles son tristes, dolores me hacen recordar, y uno de esos días a este mundo tuve que llegar, frío y lluvioso, gris y tormentoso, tal como fui, como soy y como seré, y tal cual voy a terminar.
Quisiera vivir siempre en miércoles, y los demás días no pasar, por que llegará la noche y me pongo a pensar y pensar es lo que menos deseo, y si algo he de desear es el momento en que mi sol por fin se apagará.

Sobreviví contra mi voluntad y llegue al domingo caluroso, quiero dormir como un oso y nunca mas despertar, veo que la resaca los hace vomitar y es de lo único que me alegro, detesto ese padecimiento y ese aroma a destilado barato, se que pasaste un buen rato pero ¿cual es el precio que tuviste que pagar? No fue buena idea conducir así ¿que se siente matar? No me des excusas yo mismo te voy a entregar.
Y así pasó la semana, larga como toda una vida, ¿que hice para merecer esto? No he matado señor juez yo no le miento, no quiero perpetua, si me ha de condenar que sea a muerte, que no quiero saber nada de nadie ya no da mas mi mente, aún recuerdo cuando me decías ¿vez que es difícil la vida? Te sentencio a morir un poco todos los días.

Versos de noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora