Versos de noche.

Mis manos.

No las pedí de regalo, solo venían conmigo, nunca han tenido un anillo son manos rebeldes, a veces deseadas otras engañadas, no se las doy a cualquiera y nunca regaladas, son para salvarte la vida en maniobras arriesgadas, son para tocar la guitarra y alegrarte los días.
Se cuidan solas yo no las tomo en cuenta, saben rezar el rosario y acariciar bien sus cuentas, son para dar alivio cuando estas agonizando, también son para ayudarte cuando estas trabajando.

Manos le hablan al que no puede hablar, manos que saben cantar en cuatro o seis cuerdas, manos que han perdido la cuenta de cuanto han sufrido, manos que han vivido la amargura del engaño, manos que se prestan al pobre aunque sea extraño.
Dedos que esperan entrelazarse con los tuyos, que cortan una margarita del jardín mas bello, espero que no sea un sueño y si lo es no me despierten, tus manos no mienten y de ellas seré tu dueño.

Manos que están de duelo por que la abuela se fue, manos que amortajaron su cuerpo y que la sienten aunque ya no esté, manos que quieren acariciarte como lo hacías tu, ya déjame descansar y haz lo que quieras tu.
Manos que quieren perderse en tu cabello, impregnarse de su aroma y bajar por tu rostro bello, tratar tu piel como si fuera un diamante, manos que quieren amarte aunque haya que esperar un siglo, noches en vilo sin dejar de pensarte, ya he buscado amor por mucho tiempo, y lo tengo tan cerca y a la vez tan lejos, que el hilo rojo junte a este par de humanos, y así poder por fin darle felicidad a mis manos.