Eramos felices.

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Travesuras en el salón, sin poner atención a las noticias, despertando con una caricia en el corazón, caminando hacia la escuela con un viejo pantalón, jugar con la tiza blanca en el viejo pizarrón.

Mirar de lejos en el patio a ese platónico amor, a ese cabello rizado que a otro le dio su amor, tapar la pena con golosinas, hacer mas dulce la frustración, regresar a casa con la lluvia, mirar por la ventana el chaparrón.

No darse cuenta que crecíamos, volando pasó un gorrión, abrir los ojos a la fuerza, ya sonó el despertador, correr para alcanzar el vagón, rostros llenos de matices, cruzar miradas con el platónico amor, su anillo en el dedo me dice que ya entregó su corazón, no recuerdo cuantos años teníamos, todo ya se me olvido y no lo sabíamos entonces, ahora solo quedan cicatrices, no lo supimos en aquel momento, pero vaya que éramos felices.

Versos de noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora