Déjame en paz.

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Puedes ver la puerta, por la que te dejé pasar, cuando no sabía hablar y por el suelo andaba gateando y una vez hablando ya no pude parar, sal de mi templo carnal, deja mi aura en paz que mi alma ya esta muerta.

Camina lejos de este lugar, que desde arriba ruego por alivio, fue suficiente castigo estar encerrado en tu trampa, rompí el candado de tu jaula y por fin pude escaparme, de tus garras liberarme, mi carne hiciste estallar, en mi sangre encontré la humildad esa que me robaste.

El pasado queda atrás con el presente me estoy cegando, con las piernas rotas sigo caminando por que después de todo no me venciste, nadie te invito pero igual viniste con tu halo de maldad, esa no es mi cualidad nunca seré ese perverso, y mientras sigo pensando este verso te grito que me dejes en paz.

Versos de noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora