Salvaje.

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Devoradora de futuros, destructora del presente, arquitecta del pasado que se instala fuerte, asesina de sentimientos, súbdita de la muerte, y se me acaban los adjetivos que tenía en mente, podría describirte como una maravilla del mundo, pero mi corazón furibundo recuerda como partiste, quemando mi vida dejándola en la hoguera, un disparo y la ceguera que dejaste cuando mentiste.

Aniquilaste auras, enviándolas al infierno, al mio propio no al de los cuentos, está solo mi alma, cantando sus lamentos, mi cuerpo en el ahora viviendo detrimentos, vacío de su esencia tirado en el cemento.
Mis ojos verdosos comienzan a teñirse, mi pecho a partirse y la vista en rojo, me controlaste a tu antojo y ahora me revelo, pelearé con desenfreno para recuperar mi vida, salir del fuego del averno y alinear una mente torcida.

No voy a vengarme, no caeré en tus territorios, cuando pase mi coche mortuorio no será por tu culpa, conmigo no podrás nunca aunque vengas a buscarme.
Caerás y será duro, tu juego jugarás y en tu fuego te quemarás yo no tendré que ver con eso, yo viviré mi proceso, eso lo juro, nunca mas un conjuro mi ángel me protege, después no te quejes por no atravesar mis muros, mi armadura es un traje, de zapatos de charol y sombrero de copa, a ti ya nada te protege perdiste todas tus cosas, tu lo llevas armadura, ni zapatos ni traje, tus trapos dejan en evidencia tu malignidad salvaje.  

Versos de noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora