Cabalgando por las montañas, despojado de mi reino, aún no lo comprendo como un perro desterrado, desnudo y desarmado he de librar mis batallas, limpia está mi mano para volver a empuñar mi espada.
De la tierra fabrico mi armadura, con el viento como mi escudo, entre los árboles me escurro, como el agua en la roca dura, aparecen los enemigos y me pruebo en la lucha, herido pero victorioso ya rompí mis ataduras.
Sobre el blanco corcel sigo el grito de la torre y mi caballo no corre aparecen los demonios, a pelear se ha dicho, presentan dura batalla, heridas que sangran, espaldas se desgarran, gritos que no se apagan del cercano pero inalcanzable castillo, gritos de hambre, gritos de auxilio, ya no tengo corona en este injusto exilio, mi espada está rota y con suerte respiro.
Abro mis ojos y gané la batalla, mas esta guerra sigue la princesa está encerrada, ya no escucho sus gritos, ya no está desesperada, su alma desgarrada ya dio su último suspiro, nunca llegó su príncipe, a rescatarla de su claustro, a sacarla de ese cuarto sucio y pestilente, la princesa fue valiente y sola logró liberarse, mientras me veía desangrarme por lanzas de enemigos, este príncipe siempre será tu amigo, empuña fuerte tu ballesta, con sus propios demonios luchaba tu príncipe esa es la respuesta.
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Versos de noche.
PoetryVersos de noche nace desde el inconsciente inocente de una mente demasiado despierta, que vive de noche, que sueña en épocas de coches, de apocalipsis, de apegos inútiles,de vidas difíciles, de soluciones fáciles, de mentiras y verdades, de calles m...