A sangre y fuego.

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Cuerpos apilados en esquinas pestilentes, imágenes vienen a mi mente, les han quitado la vida, por negarse a la desidia, por pensar diferente, por levantar el puño y gritar fuerte, acribillados sin juicio frente a mis pupilas

Mi sombra desaparece las nubes tapan el sol, la lluvia es de sangre, luto y dolor, la niña que llora en la esquina a su madre masacrada, de su dignidad despojada y su corazón lleno de espinas, sus manos dominadas por el miedo, su cuerpo estremecido en un temblor.

Se cuela el sol por la ventana, en este otoño de juguete, la escena fue solo un sueño, uno de los que estremecen, los latidos van amainando el respiro se entromete, mis pulmones están enfermos el tabaco siempre gana, en este mal juego, me domina y me somete en sueños de tragedia, mi cerebro me asesina con esta pesadilla, y se me frunce el ceño,  noche tras noche una matanza a sangre y fuego. 

Versos de noche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora