Sabemos lo que somos, pero no en lo que podemos convertirnos.
William Shakespeare
Gian
1 semana antes.
Mis días se han resumido en estar con mi hija, seguirle los pasos a Samantha y estar en el pequeño Gimnasio que hay en una de las habitaciones del departamento, me paso la mitad del día golpeando el saco y no por estar falta de ejercicio es para mantenerme ocupado y no correr a casa de mi muñeca a hacerle el amor.
La quiero conmigo, pero no la quiero poner en riesgo, la seguridad de Andrea es lo primero así que continúo golpeando el saco mientras escucho Àngels & Demons de Jaden Hossler, pienso en todo lo que abarca que valla a la casa de Andrea y me lo pienso diez veces más para no cometer una locura de la que me pueda arrepentir así que golpeo un rato más el saco de boxeo para irme a bañar e ir con mi hija para que llamemos a mi muñeca.
- ¿Qué te está pasando Gian? - me cuestiono a mí mismo. - ¿Estas tan loco por esa mujer? -Andrea no me gusta solo de gustar hay algo más fuerte que yo, que solo tiene ojos para ella.
Me adentro en mi habitación y en el camino a la ducha me quito el pantalón corto de hacer ejercicios, abro la ducha y dejo que el agua me empape, me llegan pensamientos de Andrea y yo en esta misma ducha y joder me quejo cuando me doy cuenta de que me estoy tocando, me detengo, nunca me he masturbado y el día que lo haga será frente a mi muñeca ya que he imaginado muchas formas de hacerle el amor.
Hablo con Andrea y con los niños, hora y media después me despido reiterándole por enésima vez que estoy bien y que estoy haciendo lo posible por que esto acabe y es cierto.
Salgo de mi depa a lo mismo de todos los días y es seguirle los pasos a Samantha así que me dirijo hacia el hotel en el que se esta quedando, lo supe porque Aaron esta haciendo su trabajo bien hasta ahora.
Y así pasan los días en mi persiguiendo a Samantha como un perro sin dueño, pero no me importa con tal de saber que trama y sus próximos movimientos.
Me escondo un poco cuando la veo salir, me voy a poner el casco para encender la moto, pero el cañón de un arma en mi nuca me hace detener.
-Quieto principito- dice una voz grave a mi espalda- baja y cuidado con lo que intentas, cualquier movimiento y disparo.
Hago lo que me dice y actuó normal, no me dan miedo las armas y tampoco el idiota que esta atrás de mi sea quien sea, me empuja para que camine y lo hago, pienso bien lo que voy a hacer y me volteo deprisa, le hago una llave en la mano que lleva la pistola, Se le cae el arma y hago más fuerza en su mano y se la rompo.
-Quieto- me burlo -¿Lo mato o no lo mato? - cuestiono al aire para que me escuche y me mira con cara de dolor y terror mezclados, tomo su misma arma y lo apunto con ella dispuesto a disparar.
-Gian detente- levanto la vista y veo a Samantha detrás del hombre al que iba a matar entonces levanto el arma y la apunto a ella porque se que a mi alrededor están sus hombres dispuestos a darme de baja, pero primero me la cargo yo a ella antes de que me maten a mí.
-Bajen las armas animales, no ven que esta loco- dice - no es tan estúpido para venir solo y ya tiene que tener a su gente rodeándonos- si vine solo, pero que ella no lo sepa es una ventaja para mí.
-Hablemos- dice. - Ven conmigo.
-Le hago caso y nos alejamos de sus hombres.
- ¿Por qué me sigues? -cuestiona.
-Tu qué crees - me limito a decir.
-Te dije que no vengo detrás de ti por ahora, que... - Se queda en silencio unos minutos- tu me puedes ayudar - dice y la miro extrañado- Si me ayudas a encontrar lo que ando buscando...
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Il Casino Che Siamo
RomanceAndrea pensaba que iba a pasar la noche entera llorando el día de esa fiesta porque su novio la había traicionado con su mejor amiga. Lo que no sabia era que minutos más tarde terminaría rescatando de un secuestro a un guapo chico de ojos verdes, qu...