Capítulo 18

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Sabemos lo que somos, pero no en lo que podemos convertirnos.

William Shakespeare

Gian

1 semana antes.

Mis días se han resumido en estar con mi hija, seguirle los pasos a Samantha y estar en el pequeño Gimnasio que hay en una de las habitaciones del departamento, me paso la mitad del día golpeando el saco y no por estar falta de ejercicio es para mantenerme ocupado y no correr a casa de mi muñeca a hacerle el amor.

La quiero conmigo, pero no la quiero poner en riesgo, la seguridad de Andrea es lo primero así que continúo golpeando el saco mientras escucho Àngels & Demons de Jaden Hossler, pienso en todo lo que abarca que valla a la casa de Andrea y me lo pienso diez veces más para no cometer una locura de la que me pueda arrepentir así que golpeo un rato más el saco de boxeo para irme a bañar e ir con mi hija para que llamemos a mi muñeca.

- ¿Qué te está pasando Gian? - me cuestiono a mí mismo. - ¿Estas tan loco por esa mujer? -Andrea no me gusta solo de gustar hay algo más fuerte que yo, que solo tiene ojos para ella.

Me adentro en mi habitación y en el camino a la ducha me quito el pantalón corto de hacer ejercicios, abro la ducha y dejo que el agua me empape, me llegan pensamientos de Andrea y yo en esta misma ducha y joder me quejo cuando me doy cuenta de que me estoy tocando, me detengo, nunca me he masturbado y el día que lo haga será frente a mi muñeca ya que he imaginado muchas formas de hacerle el amor.

Hablo con Andrea y con los niños, hora y media después me despido reiterándole por enésima vez que estoy bien y que estoy haciendo lo posible por que esto acabe y es cierto.

Salgo de mi depa a lo mismo de todos los días y es seguirle los pasos a Samantha así que me dirijo hacia el hotel en el que se esta quedando, lo supe porque Aaron esta haciendo su trabajo bien hasta ahora.

Y así pasan los días en mi persiguiendo a Samantha como un perro sin dueño, pero no me importa con tal de saber que trama y sus próximos movimientos.

Me escondo un poco cuando la veo salir, me voy a poner el casco para encender la moto, pero el cañón de un arma en mi nuca me hace detener.

-Quieto principito- dice una voz grave a mi espalda- baja y cuidado con lo que intentas, cualquier movimiento y disparo.

Hago lo que me dice y actuó normal, no me dan miedo las armas y tampoco el idiota que esta atrás de mi sea quien sea, me empuja para que camine y lo hago, pienso bien lo que voy a hacer y me volteo deprisa, le hago una llave en la mano que lleva la pistola, Se le cae el arma y hago más fuerza en su mano y se la rompo.

-Quieto- me burlo -¿Lo mato o no lo mato? - cuestiono al aire para que me escuche y me mira con cara de dolor y terror mezclados, tomo su misma arma y lo apunto con ella dispuesto a disparar.

-Gian detente- levanto la vista y veo a Samantha detrás del hombre al que iba a matar entonces levanto el arma y la apunto a ella porque se que a mi alrededor están sus hombres dispuestos a darme de baja, pero primero me la cargo yo a ella antes de que me maten a mí.

-Bajen las armas animales, no ven que esta loco- dice - no es tan estúpido para venir solo y ya tiene que tener a su gente rodeándonos- si vine solo, pero que ella no lo sepa es una ventaja para mí.

-Hablemos- dice. - Ven conmigo.

-Le hago caso y nos alejamos de sus hombres.

- ¿Por qué me sigues? -cuestiona.

-Tu qué crees - me limito a decir.

-Te dije que no vengo detrás de ti por ahora, que... - Se queda en silencio unos minutos- tu me puedes ayudar - dice y la miro extrañado- Si me ayudas a encontrar lo que ando buscando...

Il Casino Che SiamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora