Capítulo 29

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Andrea

­­-¡Gian! - No escucho respuesta y vuelvo a gritar - ¡Gian!

Resulta que se le ocurrió comprar una casota que si no miras bien por donde vas te pierdes y es en el lio que estoy metida porque por estar de curiosa me perdí.

La casa es muy grande y puedo decir que Gian tiene buenos gustos, me gusta como la decoro y la temática que tiene es grandiosa, todo es tan blanco, crema, dorado.

-Perdida - Me toman de la cintura.

-Mierda. Te voy a matar, Lombardo.

Se hecha a reír tomándome de la mano llevándome con el hacia la enorme escalera que hay en la mansión.

-Es muy grande, Gian - Le digo - ¿No te parece?

-No. La que tengo en Italia lo es más y me gusta - Dice - Mientras más grande y más te pierdas, mejor.

-Humor de ricos -Ruedo los ojos terminando de subir par ir a ver a mi pequeña quien se encuentra con Ana en su nueva habitación.

Cuando entro con Gian la niñera sale dejándonos solos, pero Sofí ni atención nos presta porque está balbuceando mientras juega con la muñeca.

-Hola, amor - Me mira sonriéndome y volviendo a cantar cosas que no entiendo.

-No se haba de bluno no no no.

Miro a Gian muerta de la risa cuando entiendo lo que canta la pequeña y este la mira como si estuviera loca.

-¿Qué le pasa? - Me mira a mi asustado y ruedo los ojos de verdad que suele ser muy dramático el hombre.

- No se haba de bluno no no no.

-Está cantando una canción -Me mira unos segundos y después cae en cuenta de que es eso - De una película.

-Ya sabia - Dice airoso - Solo bromeaba.

-Si, ¿Cómo no?

-Mejor ven conmigo que quiero mostrarte algo.

Tomo a Sofia en brazos para seguirlo y no tenemos que caminar tanto ya que a dos puertas de la habitación de Sofi nos detenemos en una puerta ofreciéndome entrar y no tiene que decirme nada porque ya se dé que se trata.

Es una habitación grande con dos camas en forma de autos de carreras, las carreras es la temática de la decoración y todo esta muy precioso, hay juguetes para niños en un lado de la habitación también consolas de videojuegos que se que los tendré que controlar en cuanto a eso, muebles, un estante con mini autos que deben valer una fortuna porque una vez quise comprárselos, pero estaban muy caros.

-¿Esto es de los gemelos? - Asiente posándose a mis espaldas.

-¿Te gusta?

-Si, pero...

-Pero nada, sabes que adoro a esos niños y deben tener su lugar en mi casa y en cualquier lugar que yo este.

-Gracias, amor.

-No tienes que agradecerme nada y ya salgamos o llegaremos tarde y me toca clase a primera hora.

Salgo con el para irnos a la universidad no sin antes dejarle a la pequeña Sofia a Ana.

No me toca clase, pero a Gian si y yo tengo que encontrarme con un compañero para una clase en grupo de dos.

Llegamos a la universidad, me despido de Gian avisándole que no me tendrá que esperar ya que iré a mi casa y Nashla me llevara en si no será Nashla, pero no quiero problemas ni malentendidos.

Il Casino Che SiamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora