Andrea
Me remuevo en la cama porque estoy incomoda en la posición que me encuentro, pero siento los brazos de Gian rodeándome con fuerza como si me le fuera a escapar y cuando abro los ojos lo veo con uno de mis pechos en la boca, por Dios sí que está obsesionado con ellas.
Me remuevo un poco y nada de moverse, su respiración es calmada y su peso en mi me dice que, si está dormido, por Dios hasta dormido busca mis tetas. Estoy desnuda porque después de bañarnos en la bañera como por una hora caí rendida en la cama junto con él.
-Gian- lo remuevo y nada - Gian despierta ya-. Le saco mi pecho de la boca y gruñe, continua con los ojos cerrados y abre la boca tratando de buscarlos, parece un bebe recién nacido cuando tiene hambre y enserio no puedo evitar soltar una risa bastante escandalosa, pero es que esto lo amerita.
Parece que se cansa de buscar porque me pega hacia él y entierra su cabeza en mi cuello, cualquiera que lo viera en este momento diría que Gian tiene un hermano gemelo, los intercambiaron y que ahora tengo el gemelo bueno ya que así como esta se ve tan tranquilo, como si no rompiera un plato.
Me acomodo en sus brazos. El sueño me vence otra vez y vuelvo a quedar dormida.
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-Muñeca- escucho la voz de Gian a lo lejos-. Despierta.
Me quejo y empiezo a sentir besos por toda la cara, abro los ojos acostumbrándome a la luz que se adentra por una de las ventanas, Gian empieza a besarme lentamente y sonrió.
-Te traje desayuno, ya que no comiste nada anoche- me acomodo en la cama para poder sentarme, le pido el albornoz y me lo pasa.
Pone una bandeja con huevo revuelto, tocino, pan tostado, un bol con frutas, yogurt y jugo de naranja. No lo pienso dos veces y tomo un pan.
-Si que se me abrió el apetito-le digo y sonríe con chulería- ¿Ya desayunaste? - cuestiono y niega, tomo huevo y le doy en la boca, también pan y fruta.
Tocan la puerta y se va a abrir, cuando regresa viene acompañado de la princesa, alza sus bracitos para que la cargue y lo hago.
-Hola, mi amor-Me sonríe cuando le doy un beso en el cachete - ¿Quieres? - cuestiono señalando la fruta y asiente, también abro el yogurt y le doy un poco, después hace que el papa la cargue.
Gian se acuesta en la cama, empieza a jugar con ella y hacerle cosquillas.
- ¿Quién es la niña de papi?
- ¡Yo! -grita y lo abraza, la escena se me hace tan tierna, sonrió y Gian me mira.
-Y si vamos al zoológico, Nosotros tres y los gemelos- asiento emocionada.
-Me gusta que pienses en ellos y los incluyas en todo.
-Ellos son parte de ti y eso significa que son parte de mí también- dice. Me da un pequeño beso en la boca y después otro en la frente- termina de desayunar y te duchas para ir por ellos.
Hago lo que me pide y en veinte minutos estoy lista.
Salimos los tres de departamento y nos dirigimos a mi casa, saludo a mi nana y le pido que me ayude con los gemelos que los voy a llevar a pasear, me gusta de ella que no se mete en mi vida a menos que vea algo muy mal, me adentro en mi habitación por mi cámara y por dinero ya que lo que tengo están en la tarjeta y en el zoológico siempre pago en efectivo, sé que Gian talvez no me deje pagar nada porque lo conozco, pero si algo me enseñaron es a nunca salir sin dinero de casa.
Bajo y los gemelos están listos, cuando me ven corren a abrazarme y les beso la frente a cada uno, salgo con ellos agarrados de las manos y los ayudo a montarse detrás, saludan a Gian y a la pequeña y nos vamos al zoológico.
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Il Casino Che Siamo
RomanceAndrea pensaba que iba a pasar la noche entera llorando el día de esa fiesta porque su novio la había traicionado con su mejor amiga. Lo que no sabia era que minutos más tarde terminaría rescatando de un secuestro a un guapo chico de ojos verdes, qu...