Nicholas
Tengo horas buscando y buscando y nada de nada de encontrar a mi cuñada, ya no se donde buscar, pero no puedo ni quiero llegar a casa sin ella, necesito que mi cuñada este bien a pesar de las fotos que andan regadas de ella golpeada y maltratada.
Mande a buscar a los que se encargaban de su cuidado. Esos perros no han dado la cara o tienen miedo por no hacer su trabajo bien o se vendieron a Barbieri.
-Señor - Habla Héctor hombre de más confianza de Gian - Están aquí.
Salgo de la bodega que tenemos Gian y yo un poco lejos, pero bien escondida. La usa mas Gian que yo, viene aquí a desestresarse con cualquier perro le deba o le haya hecho algo, lo manda a cazar para venir a divertirse.
Si algo tiene Gian Lombardo es que no perdona a nadie, le haces algo y lo ves actuando como si no le importara, pero en su cerebro esta planeando como matarte para cuando este aburrido.
-Señor -Habla uno de los hombres que estaba al cuidado de mi cuñada - No sabemos en que momento paso, la señorita dijo que no la siguiéramos que iba cerca y cuando vimos que no había vuelto después de un rato fuimos a por ella, pero no la encontramos.
-Mátenlos - Ordeno. Se perfectamente cuando alguien esta mintiendo y esa excusa tan estúpida y poco planeada nadie se la cree.
-Señor, por favor no nos mate - me detengo.
-¿Quién les ordeno? - Silencio, me voy contra el más bocón - ¡Hablen!
-No sabemos, señor - habla - El que nos ordeno tenia ordenes de arriba - Traga saliva, temblando como un cobarde.
-Agradece que el que te va a matar soy yo y no Lombardo - Le doy un puñetazo mandándolo al suelo y sacando mi arma empezando a llenarle las piernas de balas para que sufra, continuo con los otros dándole en puntos exactos para que se desangren.
Deberían agradecer que no los lleve ante Gian porque lo habrían pasado como el infierno. Tengo que admitir que cuando esta con mi cuñada, los gemelos o Sofia, es una persona completamente diferente al sádico que conozco yo, su padre y sus hombres de confianza.
-Desháganse de los cuerpos y vámonos ¡ya! - Restriego mi rostro con mis manos desesperado, necesito respuestas. Se que mi nena me espera queriendo saber de su amiga, pero cuando llegue no sabre que decirle, mi sobrina no para de pedir por ella.
-¿Dónde estás? - Es lo primero que pregunta Gian cuando descuelgo la llamada - ¿La encontraste? -Me quedo en mute y abordo el auto - ¡Habla!
Grita, se que esta desesperado y ya me han informado que está en la mansión.
-No la hemos encontrado y ya hemos buscado por debajo de las piedras a Andrea, hermano lo siento - Le digo - Vamos camino a la mansión.
-¿Para qué? - Cuestiona - Mejor dime donde están, porque a esta casa no vuelvo sin Andrea y no me importa llevarme por delante a quien sea.
-Cálmate, Gian - No se ni para que se lo pido cuando se que es en valde. Yo estuve al borde cuando me entere que Nashla era casi secuestrada, no me quiero imaginar el
-Que me calme - Grita - Es mi mujer la que está en peligro, golpeada, tal vez sin comer ni beber agua. Que no entiendes que Andrea es intocable.
No le contesto porque se que es intocable y que Gian la protege demasiado, esa mujer logro llegar donde no llego ninguna.
La llamada se corta y me centro en la carretera, pensado que haremos ahora ya que se me acabaron las ideas y que tengo a Gian y a Nashla esperando por mí.
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Il Casino Che Siamo
RomanceAndrea pensaba que iba a pasar la noche entera llorando el día de esa fiesta porque su novio la había traicionado con su mejor amiga. Lo que no sabia era que minutos más tarde terminaría rescatando de un secuestro a un guapo chico de ojos verdes, qu...