Capítulo 20

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Andrea

Después de la llamada que recibí de mi madre en la que ni siquiera hablo y lo único que escuche fue un golpe a través de la línea, le Conte a Gian después de que estaba calmada, me pidió el nombre y una foto de mi madre y me llevo a mi casa por ropa ya que me iba a quedar con él a dormir.

Estoy con Sofia entre mis piernas mientras le doy de comer, enserio extrañaba a la pequeña y ella me demostró lo mismo, porque en el momento preciso que me vio corrió hacia mi feliz. Termino de darle de comer y Ana viene para darle una ducha.

Me levanto del sofá y me dirijo a la habitación de Gian, cuando me adentro en ella me acuesto en la cama boca abajo, no tengo ánimos de nada después de lo que ocurrió con la llamada de mi madre, estoy muy preocupada con eso.

Veo a Gian salir de su closet vestido solo con una bermuda de hacer ejercicio, el pelo mojado y con el torso descubierto, se acerca a mi y me voltea a modo que quedo frente a él, se sube encima de mi y me empieza a dar besos por toda la cara, rodeo su cuello y lo abrazo a mi con fuerza, trata de alejarse, pero no lo dejo.

-Mírame bonita -Niego y menos cuando siento las lagrimas caer - por favor.

Dejo que se aleje de mí, me toma la cara y limpia mis lagrimas con delicadeza, todo esto que ha pasado me abruma demasiado, no quiero ser débil, quiero ser fuerte por mis hermanos, por Gian y por Sofí, pero esto me rebasa de todas las maneras posibles.

-Todo va a estar bien- dice mirándome a los ojos - No te pasara nada, te voy a cuidar y proteger siempre te lo prometo, por favor no llores.

Me quedo mirándolo fijamente, sus rasgos, sus ojos verdes que me encantan y me digo a mi misma que tuve que hacer algo bien en la vida para que me tocara este hombre. Te amo, tengo esa palabra en mi mente cada vez que lo veo, cada que me trata y me mira a si, pero tengo miedo de espantarlo.

-No me mires así muñeca- frunzo el ceño.

- ¿así como?

-Con amore, mi fai venire voglia di mettermi in ginocchio e mostrarti che sono tuo - (Con amor, me haces querer ponerme de rodillas y mostrarte que soy tuyo) - No entendí nada solo amor.

-Gian no se vale - le digo - No entendí nada ¿Qué haz dicho?

-No recuerdo, si quieres saber que digo cada que hablo así tienes que aprender italiano.

-Pero solo aprenderé cosas sucias ya que solo me hablas así cuando estamos... tu ya sabes, bueno y ahora- me mira sorprendido.

- ¿Cómo sabes eso?

-Averígualo - le digo con una sonrisa triunfante, claro que no le voy a decir, ay, Gian es que te oyes bien caliente hablando así.

Me acerco a besarlo y se aleja indignado, lo tomo de la cara, al principio se resiste, pero termina cediendo, los besos con Gian son tan por Dios, son tan adictivos, me chupa el labio inferior y sonrió, lo vuelvo a besar y me subo a horcadas sobre él.

-Hagamos ejercicio.

- ¿Que? - dice lamiéndome el cuello, me quita el hoodie y se lo permito, me quita el sostén, esta vez sí traía y chupa mis pechos -Joder, las extrañe tanto.

-Gian estas hablando con mis tetas- le digo jadeante.

-No entenderías mi relación con ellas muñeca.

-Alto - lo detengo y entrecierra los ojos hacia mi- hagamos ejercicio dije así que iré en busca de una de tus bermudas a ver cuál me sirve.

-Ven que crueles son las personas- le vuelve hablar a mis pechos- Que mala es su dueña, aunque ni su dueña es ya que ustedes son mías.

Il Casino Che SiamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora