Capítulo 24

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Andrea

—¿Sofia puede tener un novio? — Pregunta uno de los gemelos y no me sorprendo ya que desde que Gian toco el tema de las novias en el auto. Los gemelos no han parado de hablar sobre novias y esas cosas.

—No. Esta muy pequeña para eso al igual que ustedes.

Llevamos tres días en la casa del lago y puedo decir que me gusta la paz en la que me he encontrado en estos días. Estar con Gian, los niños y mis amigos me da una y tranquilidad impresionante. Desearía que siempre fuera así, que siempre estemos con esa tranquilidad y no con el temor a que alguien me mate o mate a los que quiero.

Gian y yo nos hemos encargado de los niños y se que no debo estar pensando en eso, pero parecemos una familia, una de verdad y espero que esto no acabe nunca. Me da mucha nostalgia pensar en eso.

—Señorita Andrea — Entra Ana con Sofia mientras termino de arreglar a los gemelos.

No la mandamos a buscar ni nada por el estilo, pero Gian no se sorprendió al verla aquí porque al parecer él tenía conocimiento de que ella venia. Hable con él y termino diciéndome que Ana no era una simple niñera y que ella se encargaba de cuidar y proteger a Sofia, pero no solo darle de comer y esas cosas. Ana era una guardaespaldas encubierta de Sofia.

Al principio me lo encontré extraño por la apariencia que tenia de ser una mujer normal y no la que el me describió. Me había dicho que Ana trabajaba desde hace mucho tiempo con su padre, que la conocía desde antes de Sofia y que ella era su mentora cuando su padre se hallaba en una misión.

Gian sabe artes marciales, disparar cualquier tipo de armas, pelea cuerpo a cuerpo, manejar cualquier tipo de transporte sea aéreo, terrestre o acuático, me dijo que tenia entrenamiento militar ya que su padre es uno poderoso. Dato que me soltó de su padre ya que el no me hablaba de él y me tomo por sorpresa.

Recuerdo que se me habían salido las palabras de la boca de tanto pensarlas cuando le dije que si era difícil aprender a disparar y me dijo que no y que si yo quería el con gusto me enseñaría a manejar un arma y asentí sin pensármelo dos veces. Tenia miedo de eso, por supuesto que sí, pero prefiero ser de ayuda a ser una carga.

—El señor la espera abajo — Me dice y asiento.

—Cuídame a mis niños por favor — Asiente sonriéndome y se que cuidara de los tres como los hombres que están alrededor de toda la casa.

Bajo las escaleras encontrándome a Gian hablando con mis amigos. Le doy un pico y nos disponemos a salir de la casa para ir al pueblo que está cerca de la casa del lago. Iremos a diferentes tiendas para comprar algunos adornos de navidad, regalos para los niños y nosotros. Estamos intentando despejarnos, aunque no lo digamos ya que cuando volvamos sabemos que todo seguirá igual. Todo seguirá siendo un desastre.

Bajamos del auto de Nick ya que el dijo que nos podíamos ir en su auto los cuatro para no andar separados y sea más seguro para todos. Solo nos sigue una de las camionetas con cuatro hombres y me parece bien, además no creo que nos hayan seguido hasta aquí los tipos que me quieren atrapar.

Gian entrelaza sus dedos con los míos cuando salimos del auto para dirigirnos a una de las tantas tiendas que hay. Nos adentramos en la primera tienda y agradezco que este cálido adentro porque afuera hace mucho frio, a pesar de estar abrigada con ropa que me cubre del frio y botas también. Se siente y estoy segura de que nevara pronto.

Nos adentramos en la tienda y me dispongo a buscar un árbol grande de navidad que es lo principal aquí. Después de que elegimos un árbol gigante que de seguro duraríamos horas para terminar de decorar gracias a que mi amiga y su novio no querían que fuera pequeño.

Il Casino Che SiamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora