Capítulo 43

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Andrea

5 de marzo del 2021 hora 8:PM

Escucho ruido y mi único impulso es levantarme, al principio no se donde estoy, pero caigo en cuenta de todo lo que ha pasado y de la casa en la que me encuentro en estos momentos.

Volteo hacia la persona en la que tenia la cabeza recostada, encontrándome a Nashla con los ojos hinchados y la nariz roja, se que estoy peor y no me quiero ver ni al espejo, lo de Sofia nos tiene muy mal a todos y a Gian ni se diga. Gian se ha ido no se a donde des de las una de la tarde y no ha regresado.

Estamos en la mansión de los padres de Gian en Italia, ya que no sabemos dónde esta Ana con Sofia ni el porque se la llevo, cuando Gian me quito el celular y simplemente me desvanecí cayendo en la inconciencia, cuando desperté estaba en los brazos de Gian, pero volví a caer en la inconciencia despertando tiempo después en el Jet con dirección aquí.

Esto ha sido muy caótico, el que Gian no sepa donde esta, ni como esta Sofia, lo tiene mal y yo me siento fatal porque no estoy siendo ningún apoyo para el en esto.

Gian y yo no nos hemos dirigido la palabra y no porque estuviéramos enojados si no porque no había parado de hacer llamadas como loco en todo el viaje y cuando salió de aquí.

Por otro lado, Nicholas, Nashla, los gemelos y Héctor llegaron de madrugada aquí, no he dialogado con ellos porque no dejaban de preguntar por Sofia y el no tener respuestas me tenía mal y no los quería poner nerviosos. No me gusta estar así, sentirme presionada y con ganas de nada.

Veo a la abuela de Gian bajar por las escaleras, caminando directo a nosotras. No he hablado mucho con ella tampoco, se le ve de lejos la mujer fuerte que es y lo ha demostrado por la calma que lleva desde que se entero de la noticia, lo único que dijo fue

Es una Lombardo y eso ya tiene mucho que decir, la fortaleza, poder. No es un mito, es una realidad.

—He dormido a los pequeños después de darle de comer —Habla con fluidez el español y sin dificultad alguna — Deberías comer algo tú también

En realidad, no he comido desde la cena que tuvimos Gian y yo en el crucero, pero es que no me ha dado ni un poco de apetito, lo he intentado, pero mas bien en vez de darme ganas, me dan nauseas.

—La señora Antonella tiene razón, Andrea — Me dice mi amiga.

—En un rato voy y me preparo algo — Les digo para calmarlas, sabiendo que no lo voy a hacer ya que no puedo.

Escucho la puerta abrirse y a Héctor entrar cabizbajo, se que se siente culpable por lo que esta sucediendo, pero también se y es algo que el tiene que entender que, aunque tenia que cuidar a todos en general, nunca creímos que Ana haría tal cosa como llevarse a Sofia, ya que era la mujer de confianza del padre de Gian y después del mismísimo Gian.

Las puertas se abren haciendo que me ponga de pie con el hombre que entra hecho furia, lo puedo ver en sus ojos, esta muy enojado porque descubrió algo que no le agrado para nada y mis ojos no tardan en llenarse de lágrimas, nunca lo había visto así.

Levanta la vista y los ojos lleno de furia cambian a uno de desesperación, dolor y odio a la vez.

—Gian debes mantenerte sereno— Habla su padre a su espalda, pero el no quita su mirada de mi y yo solo dejo que las lagrimas caigan — Tranquilízate para que podamos pensar.

Veo la furia apoderarse otra vez de el cuándo voltea a su padre.

—¡Tranquilizarme! — Grita — ¡Quieres que me tranquilice cuando esa perra se llevó a mi hija! —Se acerca a su padre y lo toma del cuello de la camisa que trae — ¡Se llevo a Sofia, se la llevo al malnacido de Barbieri, porque resulta que es su maldita hermana!

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