Capítulo 39

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Gian

Me levanto cuando Andrea está completamente dormida, para tomar mi MacBook y volver a la cama, necesito terminar de organizar algunas cosas para cuando pisemos tierra y volver a tomar el helicóptero que nos llevara al crucero que ya está en movimiento, ya que la idea se me ocurrió tarde. pero con eso no hay problemas ya que soy el dueño de absolutamente todo.

La herencia de mis abuelos era completamente de mi madre al ser hija única, pero la mitad de todo paso a ser mio desde que nací ya que era único nieto y cuando mi madre murió paso todo a mi, tengo tanto dinero que no se qué hacer con él.

Mi padre tiene la mansión llena de hombres de su mayor confianza, aunque no estemos ahí, pero conozco a Samantha y se que está loca y que hará lo que sea solo por aburrimiento.

He pensado proponerle a Andrea irnos a vivir a Italia de una vez por todas, allá tengo a mis hombres de confianza, el ejercito de mi padre para ponerlo a sus pies y que ande por la calle sin miedo de que la vallan a secuestrar o ponerle un dedo encima. Se que Barbieri esta en Italia y que seria mas peligroso, pero Barbieri no es el único dueño de Italia.

Ese hombre me dobla la edad y tengo más territorio que el en Italia y mas lugares de Europa, tengo socios en Alemania, Francia, Polonia y Grecia con los que he tenido reuniones para venderles un crucero, también porque buscan magnates para comercializar sus drogas y esparcirse, aunque no acepto sus negocios hemos quedado en buenos términos y no dudare ni un segundo en buscarlos si los necesito.

Pero para irme a Italia necesito que Andrea se venga conmigo y los gemelos también, si se quiere traer a la nana me da igual, con su amiga creo que no va a ver problemas porque al parecer lo de Nicholas y ella va para largo y ya Nicholas se lleva bien con su familia.

Por otra parte, se me haría más fácil llegar a Barbieri ayudando a mi padre para poder regresarle su madre a mi mujer, pero de todo esto hablare después con ella para ver que opina y tratar de convencerla. Se que ama la fotografía y si lo quiere estudiar le buscaría la mejor universidad de Italia para que lo haga, pero lo único que quiero es que este bien.

Duro solo un mes practicando en un campo de tiro con Héctor, pero eso no es nada, necesito enseñarla bien a disparar y la pelea cuerpo a cuerpo; necesito enseñarle tantas cosas por si algún día yo no este pueda defenderse ella sola como la mujer fuerte que es.

Se remueve a lado de mí, pero sigue dormida, el impacto que hizo esta mujer en mi es increíble, la admiro por el poder que tiene sobre mí, nadie había llegado tan lejos y la única mujer que me ha tenido a sus pies se llama Sofia y vino de mí.

Se vuelve a remover, pero ahora empieza a atentar la cama por todos lados buscándome y no puedo evitar soltar una risotada cuando abre los ojos acostumbrándose a la luz de la lampara.

-¿No hemos llegado? - Cuestiona - ¿Te despertaste hace rato?

-¿Y el hola, amor de mi vida? - Frunzo el ceño fingiendo estar enojado ignorando lo ridículo que me escucho, pero es culpa de ella el ponerme así.

Se levanta arrastrándose hacia mi en la cama para subirse ahorcadas y empezar a llenar de besos mi cara.

-Hola, amor de mi vida - Dice haciéndome sonreír - Te amo mucho, te extrañe mucho.

-Lo se - Le digo y me golpea detrás de la cabeza.

-Oye- Se queja.

-Yo también, te extrañe - Le digo, pero eso solo son palabras porque lo que sentí cuando no la tenia cerca fue una jodida mierda.

-¿Y me amas? - Cuestiona.

-No se si lo que siento por ti, lo puede abarcar un simple te amo, muñeca - Le digo - Yo hago más que eso.

Il Casino Che SiamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora