- Está bien... a veces los chicos son tontos - siguió la señora Haruno. - No se dan cuenta de que una los quiere porque siempre estás ahí, hasta que te desapareces y no hacen más que dar vergüenza buscando tu atención.
Un nuevo año en el colegio Ko...
Sasuke se quitó los audífonos, había escuchado un ruido extraño. Vio que eran las 2 de la mañana. Se había distraído viendo videos de un tipo que había avanzado en un videojuego en el que se encontraba estancado.
– Mmmm Sakura – dijo una voz adormilada en la cama del lado.
Alzó el cuello y vio a Naruto abrazando a una almohada y a Sai durmiendo profundamente como un tronco en su cama. Sasuke se levantó con cuidado para conectar su teléfono al cargador y dejarlo toda la noche.
– Feliz cumpleaños... Sakura...– volvió a decir en sueños Naruto- Un besito... Solo un besito...
Sasuke rodó los ojos. ¿Qué estaría soñando el tarado? Hizo una mueca de asco. Naruto se dio la vuelta y el edredón se deslizó por una esquina en la cama y al hacerlo, Sasuke notó el teléfono de Naruto cerca a su estómago. Levantó la vista para comprobar si Sai seguía durmiendo profundamente así que estiró la mano y tomó el teléfono a sabiendas que no tenía contraseña porque Naruto decía no acordarse luego de inventarse alguna.
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Ese día, jueves, era el cumpleaños de Sakura. Naruto se lo había recordado durante la semana completa. Al parecer, él había esperado la medianoche para escribirle, probablemente con la intención de ser el primero. Sasuke frunció los labios y entornó los ojos cuando movió la conversación hacia arriba y descubrió a Sakura mintiéndole a Naruto deliberadamente.
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Sasuke sabía bien que ella celebraría con sus amigos cercanos el sábado, la había oído cuando pasó por su lado fingiendo que no le prestaba atención. Sakura había jugado bien sus cartas, pensaba Sasuke, porque inventando esa conversación que supuestamente habían tenido lo quitaba del medio y si Naruto le preguntaba a Sasuke por qué no asistiría, no le quedaría otra que inventarse alguna excusa para no quedar como el excluido. Qué curioso, el año pasado había sido el primero al que invitó.
Dejó el teléfono donde lo había encontrado y se acostó aunque realmente no paró de dar vueltas en la cama. En la mañana, se estiró bostezando abiertamente y trató de no pensar en lo que había leído. Vio que Sai estaba dando vueltas con la toalla al hombro. Le saludó alzando las cejas.
