29. El secreto

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Enterarse del secreto de Shikamaru y Temari la tenía demasiado impresionada que casi se había olvidado de lo que había ido a hacer al vestidor con Sasuke. Sintió que la mano de él lentamente pasó por su abdomen antes de soltarla por completo.

– Bueno, ¿vas a chillar por lo de Nara o vamos a hablar? – espetó Sasuke, dándole la vuelta.

– Pero si tu no cooperas– respondió Sakura, sintiendo detrás de ella la pared, fría y adelante a Sasuke, erguido y soberbio, con su cuerpo tibio.

– Estás fría– se quejó Sasuke con un gesto de desagrado. – ¿Por qué no trajiste un suéter más grueso? Aquí corre el viento.

– Qué importa– dijo Sakura alzando la vista para verlo mejor. – Ya han pasado varios días, y... creo que deberíamos hablar de lo que ocurrió en tu casa.

– ¿Y qué ocurrió en mi casa? – preguntó Sasuke, alzando una ceja.

Sakura echó la cabeza hacia atrás, harta. Soltó un gemido, dándose por vencida. Él había tenido la iniciativa de conversar, pero ¿por qué no podía él empezar a hablar de lo que había sucedido? ¿Por qué ella tenía que iniciar? Por decirle primero sus sentimientos se había ganado la rechazada del año.

– Quiero que lo digas.

– ¿Qué? – soltó Sakura mirándolo sin entender. – ¿Por qué?

– No lo sé, dilo – respondió Sasuke ladeando la cabeza.

– Nos besamos– murmuró Sakura, sin mirarlo. – Me besaste y...

– ¿Yo te besé? – preguntó Sasuke, fingiendo extrañarse.

– Te detesto– espetó Sakura ceñuda, dedicándole una mirada irritada.

– No creo– dijo Sasuke y se le formó una sonrisita.

En ese punto, Sakura había entendido perfectamente el juego de Sasuke y sabía que no había marcha atrás. Desde el momento que accedió a estar a escondidas en ese lugar y no conversar en un lugar más convencional, como el Comedor. Solo le dio tiempo a cerrar los ojos, sintiendo el rostro calentarse, mientras las manos de Sasuke la tomaban de la cintura para atraerla a su cuerpo y besarla otra vez.

Las manos de él la atraparon, una firmemente la tomaba de la cintura y la otra le acarició el cuello hasta posarse en su nuca, provocándole una cosquilla que viajaba por toda su espalda. Estaban solos y casi a oscuras, la única luz provenía de los faroles a los extremos de la piscina. Solo se escuchaba un murmullo lejano que debía ser de la otra pareja y el ruido de sus labios, besando a Sasuke ruidosamente. La sensación le provocaba agarrar con fuerza de la ropa a Sasuke para no caerse pues estaba de puntillas para que él la bese con más intensidad.

No se contuvo, le acarició la espalda y enredó sus dedos en el cabello de él. Sasuke le besaba con intensidad, se separó solo un segundo para observarla y entonces, hizo algo que Sakura solo había visto en algunas telenovelas. Bajó lentamente por su cuello, repartiendo besos suaves hasta sus clavículas. A Sakura se le escapó un jadeo, mientras con los ojos cerrados sentía una sensación que escapaba de sus manos, haciendo que sus latidos retumbaran en su pecho. Sakura sentía como él la olía y le besaba primero con suavidad y luego con intensidad, como si fuera probando lo que a ella le gustaba. Eran sensaciones que nunca había sentido, en lo absoluto, como si una presión se generara en su vientre.

Sasuke retrocedió, arrastrándola con él. Sakura ahogó un grito de la impresión al sentir que él le tomaba una mano y la jalaba, para que se siente en sus piernas. Evitando su mirada, lo vio sentado en la banca metálica, expectante. Aún de pie, vaciló en hacerlo porque no estaba segura de eso. Nerviosa, se mordió el labio y le colocó una mano en el hombro para apoyarse, se inclinó y se sentó finalmente en sus piernas, sintiendo el rostro caliente, con los ojos fijos en la pared, sin atreverse a mirarlo. Sasuke, con sus manos en la cintura de ella, ayudó a acomodarla.

Siempre son malas decisiones (1era temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora