25. Brillo labial

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Sakura estaba dispuesta a no dejarse intimidar por Sasuke. Tantas veces había hablado con Tenten e Ino sobre eso, ambas la habían preparado mentalmente para ese día, para no dejarse doblegar, para mantenerse al margen de cualquier provocación. Porque Sasuke siempre parecía querer provocarla para que ella le respondiese algún comentario.

Se encontraban frente a frente. Desde el ángulo en donde estaba, Sakura lo observó con rabia, pensando en alguna idea para quitárselo de encima porque él parecía no querer moverse.

– ¡Quítate! – masculló entre dientes, impaciente.

– No– respondió Sasuke, con firmeza.

– Voy a gritar... llamaré a tu mamá si no te quitas...

– A ver, inténtalo...

Sakura tomó aire, pero no gritó. Vio que Sasuke se tensionó y la tomó de ambos brazos. Se le salió una risa malvada al verlo asustarse.

– Miedosito, ¿eh? – comentó con sorna. – Ya, suéltame.

Pero no. Al verlo a los ojos sintió como si se desinflara. Sasuke no se veía enojado, tampoco burlón, mucho menos tenía esa mirada adusta. Como si él se hubiera quedado en blanco, sus ojos iban de sus labios a sus ojos, observando cada centímetro de su rostro. Sakura nunca había percibido esa mirada de él. Sus manos habían suavizado el agarre en sus brazos haciéndole temblar.

– Tu eres la miedosita– susurró Sasuke, formando una sonrisa astuta.

Sakura abrió la boca para responderle, pero no supo que decir. Los ojos de Sasuke se iban aproximando, podía verlos a centímetros, cada vez más cerca... Sakura se dejó ir, cerró los ojos al tiempo que alzó la barbilla, sintiendo los labios de Sasuke finalmente tocar los suyos.

¡Cuánto habría dado por eso! Sasuke la estaba besando, despacio, aún con ambas manos en sus brazos, como si no quisiera que se fuera a otro lugar. Sakura abrió los labios, correspondiéndole y sintió el sabor de su propio brillo labial, a cereza. La presión que sentía en su estómago la hacía sentir extraña, como si se extendiera por sus piernas y brazos haciéndola temblar por completo. Sasuke la atrajo hacia él, aprisionándola mientras le daba suaves besos en el labio inferior.

Sakura se detuvo y abrió los ojos. Respiró hondamente. Se miraron unos segundos y, cada uno viendo como el otro se sonrojaba, se separaron. Notó que los labios de él estaban sonrosados y brillaban por el producto que ella se había aplicado. Ambos dieron pasos atrás, evitando mirarse. Después del beso, Sakura sintió que no podía mirarlo, se rascó la nuca disimuladamente y se dio la vuelta. Tenía sentimientos encontrados, por supuesto que aún le gustaba, pero eso no cambiaba nada de las cosas que él le había dicho.

En ese momento se oyeron pasos acercarse. Sakura fingió arreglarse el pelo, aún le temblaban las manos y las rodillas.

– Su madre envía limonadas– dijo una chica, con amabilidad, ingresando con una fuente.

– Eh... sí, déjalas ahí– respondió Sasuke de inmediato.

– Gracias– musitó dándole una mirada a la joven, quien inclinó la cabeza y salió nuevamente.

De inmediato, se acercó al escritorio donde había dejado las bebidas, tomó un vaso y bebió un sorbo. El líquido frío la hizo reaccionar, como si la despertara del letargo. Al beber, no pudo evitar ver a Sasuke quien tenía un ligero tono rosado en la nariz. Sintió ganas de sonreír, pero se contuvo. Sasuke la vio de reojo también, y al bajar el vaso de su rostro, Sakura notó que tenía brillo labial en una esquina.

Se llevó un puño a la boca para evitar sonreír.

– Qué– dijo Sasuke, dándose cuenta del gesto de ella.

Siempre son malas decisiones (1era temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora