33. Algunas revelaciones

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Todos los alumnos de quinto, sexto y séptimo año habían sido citados a una charla en el Auditorio y estaba prohibido faltar. Después de la cena, debían bajar de inmediato. Suigetsu se encontraba en la cola, detrás de Neji y Lee, mientras esperaban la comida. De pronto, notó a la Rosadita poniéndose detrás de él. 

– Hola, Rosadita– dijo dedicándole una sonrisa.

– Hey... hola, ¿qué tal? – respondió ella con amabilidad.

Suigetsu abrió la boca para responder pero, alguien más alto se puso detrás de ella, como una sombra. Sabía quién era, así que distraídamente les dio la espalda, pero con las orejas listas para oír absolutamente todo.

– No hables con él. – oyó que decía en voz baja el Uchiha.

– Shhh, baja la voz– farfulló la Rosadita enojándose.

Una sonrisa de satisfacción se le formó en la boca a Suigetsu, se dio la vuelta y alzó las cejas, fingiendo amabilidad al ver al Uchiha. Él dejó de inmediato de mirar a Sakura.

– Hoooooola, Uchiha– dijo como si fuera un amigo a quien no veía hacía mucho tiempo.

– Hola, Hozuki– respondió el Uchiha, con seriedad. 

– Oye, Rosadita...– siseó Suigetsu, se le había ocurrido una idea maligna y divertida. –¿qué vas a hacer el fin de semana?

– Eh...– Sakura abrió la boca indecisa. Suigetsu notó que el Uchiha se tensó ante la pregunta, pero miró a otro lado.

– Vamos al cine, ¿qué te parece? – preguntó Suigetsu, sonriendo con inocencia.

– Avanza. – espetó Sasuke, interrumpiendo el momento y señalando con la cabeza la cola. Suigetsu se hizo el sorprendido y avanzó sonriendo.

– ¿Qué piensas? – continuó mirando a Sakura.

– Yo te aviso, es que tenemos una reunión familiar en casa– dijo Sakura, sonriendo con calidez.

Suigetsu iba a responder, pero Sasuke le señaló otra vez que avanzara.

– Yo te escribo... – dijo a Sakura y le guiñó el ojo.

Le indicó a la encargada la opción de cena que quería, y mientras le servía, por el rabillo del ojo veía que el Uchiha lo miraba con odio. Sakura, por otro lado, parecía abochornada. 

– ¿Ese te escribe? – oyó susurrar al Uchiha.

– A veces...

Suigetsu vio al Uchiha y a la Rosadita murmurar apenas moviendo los labios y luego cada uno, como si no se conociera, se fueron en direcciones opuestas. Qué gran chisme le tenía a la Cuatro Ojos. Probablemente, Lee lloraría.

Neji los guió a una mesa en donde ya había dos chicos sentados que eran sus amigos

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Neji los guió a una mesa en donde ya había dos chicos sentados que eran sus amigos.

– Oh... reunión de metaleros– comentó por lo bajo provocándole una risa a Lee.

Siempre son malas decisiones (1era temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora