- Está bien... a veces los chicos son tontos - siguió la señora Haruno. - No se dan cuenta de que una los quiere porque siempre estás ahí, hasta que te desapareces y no hacen más que dar vergüenza buscando tu atención.
Un nuevo año en el colegio Ko...
Se despertó de un sobresalto pues un ruido en toda la casa retumbó y Ramsés, el poodle, comenzó a ladrar agudamente. Tenten se frotó los ojos, se había quedado terriblemente dormida al llegar a casa. Cuando vio su reloj, se sobresaltó pues ya era media hora tarde. Aquel sábado habían quedado en reunirse en la casa de Suigetsu a las 2 y finalmente, después de casi una semana desde su suspensión, vería a Neji.
Desde la fiesta de Naruto, su relación con Neji estaba distante y entendía por qué. Él había decidido alejarse por el bien de ambos, pero Tenten no lo quería lejos y eso la atormentaba porque el día del partido de vóley se sintió traicionada cuando Sasuke le dijo que Neji había mandado a atacarla.
Sin embargo, una vez ocurrió lo de la pelea, las cosas habían cambiado no solo para ella, sino que en general para todos. A Lee, Naruto y los de séptimo los habían suspendido por 3 días además tenían que asistir a un taller con el psicólogo.
No obstante, pasó una semana y Neji y Sasuke no volvían. Tenten quería saber qué sucedía, qué le habían dicho a Neji sus tíos, si volvería al colegio, pero no se atrevía a preguntarle. No quería incomodarlo y se imaginó que él ya debía estar pasando por varios dramas familiares.
Se deshizo de sus pantalones y camiseta para darse un baño y quitarse la flojera de encima cuando el timbre de la casa sonó otra vez. Eso era lo que la había despertado. Ramsés ladró otra vez, dando vueltas. Se puso una bata de baño para ir a atender.
Su teléfono vibró y al encender la pantalla el corazón le dio un vuelco. Tenía varias llamadas perdidas, además de una veintena de mensajes. ¿Tanto se había dormido?
Neji se había quitado la foto de perfil que le tomó Fu. Se mordió el labio con satisfacción.
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– ¿Tantos mensajes, Suigetsu?
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– Shhhhhhh– le dijo a Ramsés cuando Neji volvió a tocar el tiembre. – Yaaaaa... Shhhh.
Abrió la puerta y al verlo se sorprendió, pero trató de disimular, pues se había cortado el cabello al menos diez centímetros, su pómulo aún estaba amoratado y su nariz tenía un color verdoso. Ambos musitaron un saludo frío evitando verse a los ojos.
