- Está bien... a veces los chicos son tontos - siguió la señora Haruno. - No se dan cuenta de que una los quiere porque siempre estás ahí, hasta que te desapareces y no hacen más que dar vergüenza buscando tu atención.
Un nuevo año en el colegio Ko...
Fue terrible la noche en la que Sakura mandó al diablo a Sasuke. Apagó el celular porque no quería hablar con nadie, sabía que Sasuke trataría de hablarle y que Naruto también. Eso sí que era un rompimiento, no solo una pelea. Para Sakura no había vuelta atrás. Sus amigas la consolaron, sin hacerle ningún cuestionamiento.
– Tranquila– le dijo Tenten en voz baja, acariciándole el cabello. – Está bien llorar... Y está bien reclamar cuando no nos tratan bien.
– Sí– asintió Ino, irritada. – Qué estúpido es para reclamarte por algo así.
– Él no te merece– musitó Hinata, despacito y mirándola con tristeza.
Sakura lloró con más intensidad al escucharlas. No les había contado sobre su primera vez con él porque de solo recordar se ahogaba en llanto. Llena de resentimiento, decidió ocultarle lo de la prueba de embarazo que al final no se hizo porque la menstruación le vino. Ojalá se torture pensando y pensado en ese tema, se consolaba.
Casi sin darse cuenta, pasaron dos semanas desde el rompimiento. Las veces que miraba de soslayo a Sasuke, él siempre la estaba observando, con el rostro imperturbable, pero la mirada fija. Sakura, para evitar sentirse mal al respecto, volteaba el rostro o trataba de no acercarse a los lugares que sabía que él frecuentaba, como su mesa habitual en el comedor o la banca en el patio que él solía ocupar.
Resultaba complicado evitar a Sasuke y a Naruto al mismo tiempo. Sasuke había intentado acercarse en algunas ocasiones, pero gracias a Ino, no lo había conseguido. Ella le había pedido a Shikamaru y Choji que cuando lo vean, se pongan en medio porque Sasuke no se atrevía a reclamar en frente de otras personas.
Naruto era un tema aparte. Por el momento, Sakura no quería conversar de ese tema con él. Se sentía muy mal por habérselo ocultado, pero se sentía peor porque ahora no había tal relación y estaba segura de que lloraría si tenía que hablar al respecto. En ese caso, Tenten lo abordaba y le metía a Hinata por lo ojos para distraerlo.
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Ese sábado, se encontraba tumbada con Ino y Shikamaru en la alfombra de la sala de estar de Choji, con las cabezas juntas, mirando al techo. Shikamaru iba escogiendo la película que verían en la pantalla mientras Choji, acostado en un sofá, decidía en su teléfono si pizza o pollo.
– Es mejor que estemos aquí– dijo Ino y bostezó. – El Emo puede ir a buscarte a tu casa o a la mía... Narutonto también puede ir a verte.
Sakura le dio la razón pero no dijo nada, después de todo el plan que ella había tramado para evitar que él se le acerque estaba resultando. Solo sonrió débilmente, agradecida porque prefería estar con ellos, a llorar y reprimir las ganas de desbloquear a Sasuke.
– Hablando de Naruto...– Shikamaru bostezó también. – ¿Realmente cayó en la trampa de Tenten? ¿No se habrá dado cuenta de que ella lo metió a una cita con Hinata?
