Aquel mismo día del incendio, al mediodía, la enfermera decidió enviar a Sakura a su casa porque su garganta estaba muy inflamada. Sus demás compañeros la envidiaron, aunque no contaron con que en la noche le daría fiebre y comenzara una tosecita molesta. La directora Tsunade no quiso dar su brazo a torcer y mantuvo a los alumnos tomando clases al día siguiente a pesar de que no había luz en las habitaciones. La situación no pudo continuar cuando tuvieron que revisar el cableado en todos los dormitorios y finalmente, contentos, los alumnos fueron enviados a casa.
Ayaka, la empleada, la recogió ya que sus padres se encontraban trabajando. Realmente ella partió volando y no le dio tiempo de despedirse de Sasuke. De todos modos, no había parado de conversar con él durante todos los días que no se vieron.
Tres días después del incendio, la tosecita se le había pasado casi en su totalidad, pero aún estaba tomando unos medicamentos que le provocaban sueño. Ese viernes bajó a tomar el desayuno al comedor y se encontró a sus padres conversando.
– Buenos días– murmuró bostezando y acercándose a su papá a darle un corto abrazo.
– ¿Cómo va esa garganta? – preguntó el señor Haruno dándole una palmadita en la espalda. La señora Haruno la observó de reojo, evaluándola.
– Bien, ya no toso– contestó Sakura y se sentó a la mesa, revisando su teléfono.
– ¿Kurenai ha enviado todas las tareas? – preguntó la madre, alzando una ceja al verla sonreír.
– Sí, sí, al correo– rezongó Sakura recibiendo una taza de manos de Ayaka.
– Me alegro– contestó la señora Haruno con severidad. – Deben estar muy contentos con eso del incendio... Se me hace que fue apropósito.
– Ay, mamá– se quejó Sakura blanqueando los ojos.
– Háblale al FBI para que investiguen, Mebuki– comentó el padre con una sonrisa, molestando a su esposa, quien le lanzó una mirada severa.
– Te pones al día con todo lo que mandó Kurenai – siguió la señora Haruno apurando la taza de café. – Con lo que cuesta ese colegio deberían haber clases virtuales... Como un plan de contingencia para los chicos...
– Pero aún está enferma– refutó el señor Haruno torciendo el gesto.
– ¡Pero mira la hora, Kizashi!– chilló la madre y le dio una palmada en el brazo, apurándolo.
Sakura agradeció que sus padres se fueran al trabajo porque no dejaban de parlotear. Se quedó con Ayaka quien usualmente cocinaba y luego de almorzar, se iba a sus clases de la universidad. La apreciaba, era alguien joven, le llevaba solo unos seis años y era como si viviera con ella desde siempre. Los señores Haruno le tenían confianza y la trataban con calidez.
Ayaka se puso a lavar los platos, canturreando una canción.
– ¿Cómo va la universidad? – preguntó Sakura, tomando un sorbito de su leche.
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Siempre son malas decisiones (1era temporada)
Fanfiction- Está bien... a veces los chicos son tontos - siguió la señora Haruno. - No se dan cuenta de que una los quiere porque siempre estás ahí, hasta que te desapareces y no hacen más que dar vergüenza buscando tu atención. Un nuevo año en el colegio Ko...