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Compasión.

CLOE

Reencontrarme con Thiago era algo que no estaba en mis planes. Que viviera en Barcelona tampoco, que hubiera roto su relación con la Barbie pelirroja, menos. Ella había sido clara en sus palabras, o simplemente, yo fabriqué en mi mente que él tenía una vida con ella para autoflagelarme y así evitar buscarlo. Pasé los meses sumergida entre la universidad y las prácticas, no me quedaba tiempo para hacer muchas cosas. Eso me mantenía ocupada y así no pensaba en él; bueno no pensaba 24/7 pero, pensar en algún momento del día, sí lo hacía. Con Dylan seguía nuestra particular relación sin compromisos, llena de buenos momentos; nos atendíamos cuando necesitábamos enredarnos en unas sábanas para llenar nuestras ausencias y sanar nuestras tristezas de desamor. Dejamos de hablar de nuestros ex a ver si así iniciábamos una relación más formal, aunque eso era inútil. Siempre volvía el tema y terminábamos consolándonos de nuestras penas. Era nuestra manera de querernos.

Mi deseo de meterme en la cama temprano se vio chafado y la angustia se apoderaba de mi cuerpo mientras me duchaba pensando en volver a ver a Thiago. Me vestí con unos pantalones negros, un jersey de punto en color verde oliva y un abrigo clásico a juego con el pantalón. La ocasión no merecía esmerarse en el outfit porque en esos momentos no estábamos ni para lucirnos, ni para que nos vieran. Me recogí el cabello en una coleta alta y me maquillé muy suave. Salimos de casa y fuimos en el coche de Yezzy en un silencio que me llenaba de angustia. Sincronicé una playlist para calmar mis nervios. Entrábamos en Barcelona en dirección a Pedralbes y no pude evitar decir:

—Yezzy.

—Dime, cielo.

—Tengo miedo.

—¿De qué tienes miedo, Cloe?

—De que me rechace.

—¿Alguna vez lo ha hecho?

—Me ha ignorado, que es lo mismo.

—No, no es lo mismo y lo sabes.

—Yezzy, tú sabes lo que siente. Habéis mantenido la amistad. Hacéis viajes juntos. Lo conoces mejor que nadie.

—Por eso te he pedido que me acompañes hoy.

—¿Él está al tanto de que me lo has dicho?

—No. —Se me hizo un nudo en el pecho en cuanto me dijo eso.

—Y si no lo sabe, ¿por qué me has traído?

—Porque lo conozco y sé que tú eres lo que él desea y necesita en este momento.

—¡Ahh,claro! —Me empezaba a enfadar— ¿Y en todo este tiempo no me ha necesitado?

—Mira, reina. Thiago te necesita desde que salió de esa habitación del hospital. Te lo dijo delante de Brave.

—¿De quién?

—¡Coño! De Mía —sonreí con su referencia—. Siempre te ha necesitado, solo que algo ocurrió en tu accidente que lo hizo alejarse de ti. Él habla de una promesa pero no sé.

—Cada vez que lo olvido regresa a mi vida como un huracán y devasta todo. —«Una mentira como la copa de un pino», suspiraban mis diosas a coro.

—¿A quién has olvidado? Eso no te lo crees ni tú.

—Te digo yo que sí lo he olvidado.

—¿Por eso mantienes a tu follamigo sin terminar de darle nombre a tu relación?

«Yezzy 1 - Cloe 0», mi desgraciada consciencia se burlaba.

—¡Dios, Yezzy, eres insoportable!

Mis días de adolescente. Sentir III (Publicada en físico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora