O5

5.9K 807 369
                                    

Quackity había seguido el 7mo grado de primaria en otra escuela debido a la decisión de su mamá, dejando atrás a sus mejores amigos de la infancia, a sus compañeros con los que pasó el jardín de infantes y la mayor parte de la primaria, tuvo que i...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Quackity había seguido el 7mo grado de primaria en otra escuela debido a la decisión de su mamá, dejando atrás a sus mejores amigos de la infancia, a sus compañeros con los que pasó el jardín de infantes y la mayor parte de la primaria, tuvo que irse del lugar donde se crió los primeros años de su vida. Tenía 12 años cuando ocurrió ese cambio a su vida, llenándose de preocupación y tristeza al verse solo sin sus amigos en un lugar nuevo, sabiendo que tampoco los volvería a ver y que los iba a extrañar mucho. Sé que para un niño de esa edad los cambios así son significativos, no es sencillo decir adiós a una amistad de años y al lugar que llamabas "hogar" dónde hiciste muchos recuerdos felices, pasar del estar cómodo en lo conocido a verse perdido en un sitio nuevo sin saber lo que puede suceder. Sin embargo, Quackity sabía que su mamá estaría a su lado y tomando su mano, siguiendo las palabras que él le dijo cuando se mudaron: « siempre habrá oportunidades de conocer nuevas personas, no todas las amistades de la infancia son para siempre y en el camino de la vida encontrarás a alguien más que te podrá acompañar hasta el fin »

Cuando cumplió los 13 años casi al final del año, nunca se había sentido tan acompañado en su cumpleaños, claro que sus amigos de la infancia estuvieron presentes pero no eran tantos, sólo tuvo a sus 4 amigos en sus fiestitas desde que empezó el jardín de infantes hasta el 6to grado. Por fin pudo presenciar más gente en casa, no era un recuerdo amargo el de ser cinco niños jugando en casa y su mamá preparando bocadillos, pero en parte si se sentía un tanto melancólico el acordarse que fueron poquitos en sus cumpleaños. Quackity nunca tuvo una fiesta de cumpleaños con muchas personas, nunca hubo familares a quiénes invitar, también podría decirse que el único familiar en su vida era mamá, porque su papá no estuvo presente gran parte y dejó de estarlo ya hace unos años atrás después del divorcio.

Pero había que dejar de pensar en aquello, ahora tenía una fiesta de cumpleaños como siempre habría querido experimentar, sus amigas y amigos estaban ahí festejando junto a él, por fin había un espacio para los regalos, una mesa grande con bocadillos y bebidas, una decoración bonita con luces y globos, todo preparado por su mamá. Quackity se sentía realmente feliz, feliz de tener amigos, feliz de que en su cumpleaños hubiera más personas y, el motivo más especial de su sonrisa tan genuina e inocente, era el esperado regalo de mamá, porque todos los años –no importa lo que sea– el único regalo que recibía provenía de él y eso era muy especial.

Su mamá decía: « los regalos son especiales, hay que ser agradecido y apreciarlos »

——¡Quackis! ¡Feliz cumpleaños!—. expresó emocionada Nieves, levantando su regalo en frente de la cara de Quackity al momento en que abrió la puerta y la saludó. ——te traje algo bonito y-y osito también—. ella se hizo un lado dejando ver a Rubius, quién también sostenía una caja con un listón.

——Hola, feliz cumpleaños—. dijo el chico, algo apenado porque, a pesar de que si había sido invitado a la fiesta, aún no se sentía parte del círculo de amistad y sólo pudo tener el coraje de venir debido a que Nieves lo animó.

Mom says NO; Quackity & StaxxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora