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Había días en los que Staxx trabajaba hasta muy tarde, otros en los que iba desde la mañana hasta el mediodía o sólo en la tarde para regresar cerca de las ocho o siete, desde que Quackity tiene memoria sabía que su mamá no siempre tendría un hora...

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Había días en los que Staxx trabajaba hasta muy tarde, otros en los que iba desde la mañana hasta el mediodía o sólo en la tarde para regresar cerca de las ocho o siete, desde que Quackity tiene memoria sabía que su mamá no siempre tendría un horario definitivo y que habrá tardes en las que estará solo, cuando cumplió 6 años aprendió a usar el microondas para calentar la cena o terminar de cocinar la cena porque mamá no llegaría para acompañarlo, a veces comía pizza, calentaba tartas o otras comidas ya preparadas. En parte le gustaba el trabajo que hacía su mamá, pero por otra parte no le agradaba las veces que tenía que estar hasta tarde cuando debía encargarse de esos eventos, aunque después se le pasaba el enojo porque Staxx le traía cosas interesantes y también los bocadillos tan deliciosos que sobraba de esos eventos.

Staxx tiene trabajo en una pequeña empresa dónde preparaban banquetes para todo tipo de eventos o reuniones, así que trabajaba a diario pero el horario variaba dependiendo a lo que se presente. Su mamá tenía una excelente mano para la cocina, había escuchado y visto sus certificados de los cursos que hizo, en su juventud se dedicó a aprender las diferentes cocinas y pasó por diversos restaurantes hasta que se quedó en un sólo sitio cuando se casó. Llegó a esa compañía por la recomendación de unos amigos, Quackity los conocía y escuchó de sus compañeros que la comida de su mamá era exquisita, ellos decían que era un elemento importante de ese negocio.

« Mamá es un cocinero increíble »

Eran las cuatro de la tarde cuando Quackity recibió una llamada de su mamá avisándole que llegaría tarde a casa, pero que le había dejado la cena sólo para que la calentara, sería una noche como las que ya había vivido y no le molestaba, así que le agradeció y le mencionó que lo quería mucho. Continuó enfocándose en otras cosas, había recibido hace poco unos libros de inglés y le interesaba aprender ese idioma, tal vez cuando esté con su mamá le pregunte sobre hacer cursos de inglés. En su habitación andaba viendo algunos vídeos sobre pronunciación, lo básico para tener una idea, hasta que de pronto su celular comenzó a sonar y se fijó a ver quién era, sonriendo con ver el nombre de Luzu y contentar de inmediato.

——¡hey, Lusu! qué milagro que me llames—. Quackity rió por su propio comentario, oyendo que su amigo reía también y lo saludaba. Primero fueron las preguntas básicas de qué tal estás y así, después le preguntó si estaba en casa. ——sí, andaba viendo vídeos... ¡ay, no de esos! ¿eres pendejo o qué?—. el chico de cabellos azabaches se levantó de su asiento y se fue a acostar en la cama. ——¿por qué preguntas si estoy en mi casa?... ¿cómo así que estás afuera?—. de inmediato se levantó cortando la llamada y fué casi corriendo a la entrada.

Quackity se quedó parado en frente de la puerta, quitándole los seguros y posar su mano en el picaporte, sólo que se detuvo hasta ahí. ¿Es correcto que abra sin el permiso de su mamá? se trataba de su amigo pero... mano estaba, además que no era un amigo así como Nieves o Rubén quiénes él conocía de ya años, a Luzu no lo conocía tanto –y esperaba que no lo conociera demasiado–. Interesante cuestión sorpresiva, ¿podía abrir o no? tampoco es que lo dejará a entrar en la casa, simplemente saludarlo desde la puerta... ¿eso está bien o no?

Mom says NO; Quackity & StaxxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora