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El tiempo vuela, un día estás de lo más tranquilo conviviendo con tus amigos y de pronto te encuentras en temporada de exámenes finales, lo cuál convertía un caos a todo un colegio

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El tiempo vuela, un día estás de lo más tranquilo conviviendo con tus amigos y de pronto te encuentras en temporada de exámenes finales, lo cuál convertía un caos a todo un colegio. Los promedios se calculaban, los estudiantes que estaban en cuerda floja hacían lo posible por salvar el trimestre, algunos profesores más estresados que nunca y otros viendo el sufrimiento de sus alumnos que ahora querían una salvación después de flojear por semanas. Agregando que, cómo todos los años, los de 5to año estaban como locos, ya iban a egresar y se los escuchaba festejar desde la planta alta aunque no estén seguros si pasaban de año–, ni los preceptores podían callarlos por largo tiempo.

Quackity iba corriendo con un trabajo práctico en un folio, había faltado el día en que debían entregarlo pero cómo era un muy buen estudiante el profesor de química le dió la oportunidad de entregárselo el día viernes, sólo que tenía que dirigirse al 4to C para dárselo. Le quedaba un par de minutos antes de que su hora en ese salón acabara, así que subió tan rápido como pudo las escaleras –tropezando un poco en el intento– y empezar a buscar el salón, apenas llegando ya oía música en la parte del pasillo donde se giraba y daba paso a los cursos del último año, seguramente andaban eufóricos otra vez. Se puso a caminar con prisa viendo cada cartel que indicaba los salones, hasta dar con el "C" y tocó la puerta enseguida, se escuchó los pesados pasos distintivos del profesor de química y ver qué él abría para recibirlo. Quackity lo saludó con respeto, diciéndole que había traído el trabajo que no pudo entregar en la clase anterior, sonriendo cuando el profesor le agradeció y comentándole que ya con eso sacaría su calificación final para el boletín.

Un peso menos, la última materia completada. Quackity era libre ahora, había logrado con el último pendiente que tenía y podía estar más tranquilo. La sensación más maravillosa qué existe es sentir que ya no tienes ninguna tarea, examen o trabajo práctico que realizar, todo lo había hecho, por fin la libertad. Inhaló profundamente y dió un giro, dispuesto a irse con la tranquilidad recorriendo su alma, aunque le duró nada al chocar con alguien y caerse al suelo por el impacto, los golpes inesperados de la vida.

——ay cabrón, no siento las- —.

——oh Quacks, disculpa—.

——¡Quackis! ¿estás bien?—.

Quackity se sorprendió elevando su mirada al escuchar esas voces tan familiares, se sintió como las novelas que veía Dulce, había dos seres celestiales frente a sus ojos. La belleza cautivadora de Lanita y, extrañamente para él, el atractivo de Luzu lo dejaron sin palabras, sin posiblidad de levantarse y el corazón bombeando frenético causando que sus mejillas se pusieran rojas. Paralizado en el momento. Aquellos dos que le provocaban esas sensaciones se acercaron, preguntándole si se sentía bien, empezando a preocuparse porque permanecía mudo.

——Quackis, dí algo, por favor—. pidió Lanita colocando sus manos en los cachetitos colorados.

——¿será que chocó muy fuerte conmigo?—. preguntó Luzu, arrodillado detrás del chico y posar sus manos en los hombros de éste. ——tierra a Quacks, ¿estás bien?—.

Mom says NO; Quackity & StaxxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora