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Claramente estar en el secundario era como vivir en un caos todos los días, podrías ser espectador o protagonista de ese caos, dependiendo del destino que te depare en ese sitio caótico que dice llamarse un colegio

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Claramente estar en el secundario era como vivir en un caos todos los días, podrías ser espectador o protagonista de ese caos, dependiendo del destino que te depare en ese sitio caótico que dice llamarse un colegio. Quackity se consideraba una persona con una suerte que ni se imaginan, llevaba dos días yendo y ya se había metido en un problema involuntariamente, porque no fue su culpa que jugo mezclado con otra sustancia de dudosa procedencia se le cayera encima, eso era totalmente la culpa de los chicos de 5to año que estaban como locos allá arriba. Así que Quackity estaba en la oficina del preceptor usando el suéter que muy amablemente Vegetta le prestó, tenía el cabello un poco húmedo ya que tuvo que ir al baño a quitarse el jugo y traía una pegatina en la cara que Nieves le puso para animarlo. Estar ahí le producía temblores y no por frío, tenía miedo porque su mamá le dijo que no estropeara el uniforme, no sabía con qué cara explicarle que le cayó jugo del segundo piso.

El preceptor a cargo de los 1er año regresó a la oficina después de dar una regañada a los responsables, se lo veía cansado lo cuál es muy justificado, los últimos años tendrán sus propios preceptores pero aún así todos están al pendiente de ellos porque se trataba de una manada de adolescentes hormonales que están a nada de egresar y ver qué hacer con sus vidas. Ese suspiro del preceptor era de puro agotamiento, quizás porque tenía que pasar éstas situaciones todos los años y éste año no sería excepción, a penas iniciaba el ciclo lectivo y ya necesitaba unas vacaciones urgente.

——escucha, hijo, ya le hablé a tu tutor para que venga a recogerte o traerte una muda de ropa, lamento éste desafortunado momento—. mencionó el mayor, no sabría decir su edad, se le notaban un par de arrugas que podría ser el estrés o la edad, también era un alivio que fuera rubio naturalmente porque no se le notarían las canas que le salen. ——a ver... ¿primera... A?—. preguntó buscando en sus carpetas con la información de los estudiantes, Quackity asintió. ——oh... justo encontré tu foto con tu información, que bueno—. el preceptor usaba lentes, aún así achinaba más la mirada –y eso que parecía tener rasgos asiáticos, así que no sabía diferenciar si tenía los ojos abiertos o no–. ——figura un sólo tutor que firmará el boletín de calificaciones... perfecto—.

De repente la puerta de la oficina fue golpeada sutilmente, Quackity nuevamente entró en pánico porque seguro era su mamá y estaba obligado a explicarle detalladamente porqué su uniforme olía a jugo de lima con alcohol, el preceptor de lo más calmado dió el aviso de que pasara y siguió preparando su libreta dónde se firma cuando retiran antes de tiempo a un estudiante. Fué así como ingresó Staxx, preocupado por el llamado de que su pequeño tuvo un accidente y no tenía ropa, nunca especificaron lo que había pasado y por eso se lo veía casi con el corazón saliéndole del pecho por la angustia. Quackity le sonrió sintiéndose apenado y temoroso, siendo abrazado con fuerza por su mamá y examinado de inmediato, Staxx pudo sentir alivio de que no estuviera herido, pero también notó que ese suéter no era suyo y que no traía la parte de arriba de su uniforme.

Mom says NO; Quackity & StaxxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora