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En la tarde de un jueves, Staxx no fue a trabajar, le pidió a su jefe que si podía faltar en la tarde debido a unos asuntos familiares y, para su suerte, tenía un jefe compresible y le otorgó el permiso

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En la tarde de un jueves, Staxx no fue a trabajar, le pidió a su jefe que si podía faltar en la tarde debido a unos asuntos familiares y, para su suerte, tenía un jefe compresible y le otorgó el permiso. Desde que despertó se sentía afligido, la opresión en el pecho y el nudo en la garganta se volvió cada vez más insoportable, aún así sostenía una sonrisa por su hijo para no preocuparlo. Quackity se daba cuenta que algo no andaba bien con su mamá, por más que le sonriera y le dijera que estaba de maravilla, sus ojos siempre muestran la verdad y veía que algo lo ponía triste, pero no se animó a preguntarle, sólo le daba abrazos y decía que lo quería mucho, es que no sabía qué más hacer o cómo arreglar los problemas de mamá, únicamente podía demostrarle el cariño que le tiene para hacerlo feliz.

Eran las seis de la tarde cuando el timbre sonó poniendo nervioso a Staxx, intentar abrir esa puerta le causaba temor y su corazón retumbaba en su pecho sin control. Sin embargo, no fue lo que más temía y eso le trajo la tranquilidad a su alma, fueron las amigas de su hijo quiénes tocaron el timbre, preguntando si Quackity podría ir al cine con ellas y también avisando que no irían solos porque la mamá de Akira los acompañaría, Staxx saludó desde su entrada a la señora que estaba en el auto y el gesto fue devuelto junto a una amable sonrisa. Cuando Quackity fué a ver quién vino, Akira lo invitó a ir al cine con las chicas y su mamá, a lo que el chico le hizo ojitos a Staxx esperando que le dejara ir, no estaba mal que fuera y estaría con la mamá de una de sus amigas por lo que era seguro, así que Staxx le permitió que fuera y Quackity le agradeció dándole un abrazo, después se apresuró a cambiarse y buscar su abrigo por las dudas.

Staxx se aproximó al automóvil, le habló a la mamá de Akira para saber a qué hora regresarían, ella le dijo que irían al cine y comerían algo después de la película, asegurando que para las ocho en punto ya estarían aquí de nuevo. Con eso podía estar calmado, despidió a su hijo esperando que se divierta y que se comporte correctamente, Quackity se lo prometió y le dió un fuerte abrazo antes de subir al auto con Akira. Siempre le causaba emoción cada vez que su pequeño se iba, ya sea cuando lo dejaba en el colegio o ahora que se iba con sus amigas al cine, se había acostumbrado tanto a tenerlo junto a él, pero así era la vida, su pequeño ya no sería tan pequeño y crecerá cada vez más, se volverá más independiente y pronto haría su propia vida, sólo esperaba que fuera una buena persona y que todos esos años que le dedicó amor, cuidado y educación hayan valido la pena.

Lo importante es que su hijo sea una persona con buenos valores e hiciera lo correcto en su vida.

Lo silencioso de su hogar lo golpeó emocionalmente, se hallaba completamente solo, lo que estuvo aguantando desde la mañana –o más bien dicho, desde hace tiempo– se fue desbordando y no se le hizo posible parar las lágrimas que descendían por sus mejillas, dejándose caer a unos centímetros de su puerta, no tenía el control de sus emociones y fué como rebasar el límite de un vaso, ahora el agua se derramaba, no podía contener debía soltar lo que no cabía. En su cabeza pasaban mil y un recuerdos, preguntándose cómo es qué seguía allí después de tanto sufrimiento, fué demasiado joven para experimentar pérdidas en su vida, las dagas al corazón, el tener que acarrear su vida cómo podía sin apoyo, podía verse a sí mismo de joven, al muchacho que tuvo que crecer rápidamente y empezar a trabajar si quería sobrevivir.

Mom says NO; Quackity & StaxxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora