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La blanca persiana que dividía cada camilla de la sala de emergencias mantenía su cabeza de la misma manera, en blanco, hace rato que distinguía bien su entorno sin sentirse perdido y verlo borroso, aún así no tenía energías, se sentía cansado, le...

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La blanca persiana que dividía cada camilla de la sala de emergencias mantenía su cabeza de la misma manera, en blanco, hace rato que distinguía bien su entorno sin sentirse perdido y verlo borroso, aún así no tenía energías, se sentía cansado, levantaba la mirada para saber cuánto suero todavía había en aquel empaque que colgaba cercano a la cabecera de su camilla y después ver hacia su brazo dónde tenía inyectado, ni siquiera recordaba cuándo llegó eso ahí porque nada era claro en su cabeza después de haberse desvanecido frente a Vegetta. Estaba bastante solo allí, pasaron minutos desde que su amigo viniera a avisarle que su mamá estaba conversando con los médicos para saber qué estaba pasando, contándole también con lujo de detalle que estaba muy alterado en el pasillo, y podía creerlo porque hace un momento lo escuchó alzar la voz. Le gustaría saber también qué le sucedía, no quería seguir quedándose en una camilla en un lugar tan deprimente como éste y escuchando de vez en cuando llantos y cosas así, los hospitales –sobretodo emergencias– le traía una mala sensación.

Unos pasos escuchó cerca creyendo que era alguna enfermera o su mamá, pero realmente no era ni ninguno de los dos y sólo era Luzu que también le estuvieron llamando, recordaba haber visto mensajes suyos en su celular que olvidó contestar. No sabía si sentirse bien por verlo o de lo peor porque tenía que mirarlo en ese estado, suficiente había tenido con ver a su mamá preocupado cómo para tener que soportar otra mirada así que ponía su corazón tan dolido. Lo que agregaba a ésta situación es que tenía unas inmensas ganas de llorar y no quería eso, hace rato que ponía toda su voluntad para no hacerlo pero llegaba a su límite, se sentía destrozado tanto físico como emocionalmente, no aguantaba nada y tampoco tenía la energía.

Luzu se acercó sin decir nada todavía, le sonrió apenas se vieron fijo ambos pero se notaba que niguno estaba bien como para mantener ese gesto, Quackity miró hacia el otro costado cuando sentía ese nudo en la garganta que indicaba que pronto surgirían sus lágrimas y trataba de aguantar, no sólo era por ésta situación sino por las demás cosas que han abrumado su mente hace un tiempo, cargaba con esa preocupación. Juraba que estaba intentando no pensar en nada, sin embargo su mente jugaba en su contra y le hacía regresar esos pensamientos, porque está la constante sensación de que no podrá sobrellevar lo que vendrá y no tener control le estresaba. Fue entonces que su mano se vió sujeta de forma suave, con un muy leve apretón que le hizo regresar a mirar a Luzu, ese gesto significaba que no estaba solo y que de alguna manera él quería apoyarlo, Quackity se aferró a ese agarre y escuchó al otro murmurar que todo iba a mejorar, iba a creerle.

Necesitaba creer que mejoraría para no sentirse tan bajo como ahora.

Estar en ese hospital les tomó horas, bastantes horas para observaciones y análisis debido a una sospecha que tenía uno de los médicos que estaba atendiendo a Quackity, por lo que logró escuchar de la otra doctora decía que tenían un presentimiento ante la anemia y que debía asegurarse de que solamente era una deficiencia de hierro sin tratarse de algo más, así que mantenían al muchacho ahí tanto tiempo que incluso cenó en el hospital junto a su mamá y casi siendo la media noche Alexby había venido para saber cómo iban las cosas. Quackity los oía murmurar, mamá estaba muy preocupado y su amigo lo animaba diciendo que esto pasaría y que iban a estar mejor, al menos por fin había alguien al lado de su mamá que lo estaba apoyando y ayudando a calmarse porque sentía que colapsaría de la angustia, aún no comprendía cómo Staxx había aguantado el desborde cuándo él ya lloró como cinco o seis o más veces de lo que va en el día y todavía le quedaba lágrimas por seguir derramando. Cada tanto se ponía a revisar sus pulseras siendo reconfortante el recuerdo de Luzu y sus palabras, eso lo hacía sentir un poquito mejor porque también tenía personas que lo apoyaban, aunque de saber que los dejó preocupados por su salud lo ponía mal igual.

Mom says NO; Quackity & StaxxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora