🍃"You Are My Garden"🍃-OMEGAVERSE (Kookmin) (COMPLETADA)

🍃.2.🍃

Chaeyoung comía con avidez, le habían dado una ropa blanca y junto a su tez pálida y la melena suelta plateada podría ser vista a kilómetros, eso me alarmó desde que la vi salir de la casa donde nos habían preparado baños y ropa limpia.

Pero estábamos a salvo, o eso se suponía.

Miré a mi alrededor, estábamos comiendo a la intemperie, bajo un simple toldo que parecía haber sido fabricado trenzando espigas a mano. Se notaba que era un lugar donde compartían comidas y reuniones todo el clan a juzgar por el espacio y las largas mesas.

Kim Haneul leía la carta de mi madre por tercera vez y los cuatro lobos que nos encontraron también estaban allí. La omega tenía 14 años, se llamaba Min Jiyu y su cabello negro contrastaba mucho con su piel palida, estaba sentada frente a nosotros observándonos comer.

Los tres alfas se encontraban a cierta distancia, apoyados en una especie de encimera donde habían amontonados cacharros de cocina grandes. Haneul nos los había presentado como sus hijos: Kim Seokjin, de piel clara y labios gruesos, olía a humo de fogata, Kim Namjoon, al primero que vimos en forma humana, con la piel morena y olor a leña, sí, ese era su olor exactamente. Y Kim Taehyung, de piel morena como su madre y uno de sus hermanos, olía a sándalo.

El aroma del más joven de los Kim resultaba más intenso que el de los otros dos, era fuerte y dulce a partes iguales, como a almendra y madera. Sin duda era un olor muy atrayente y no quise fijarle la mirada por mucho tiempo aunque notaba sus ojos fijos en mí.

¿Era miedo? Por supuesto, no me consideraba alguien débil ni mucho menos, pero conocía mi naturaleza, la de los alfas y su pensamiento sobre omegas macho como yo.

No habíamos recorrido todo el poblado, que sabíamos que estaba formado por varias familias, pero no me hacía falta para notar que había demasiados alfas en el Clan.

—Habéis estado huyendo tres años...

Kim Haneul habla por fin, dejando la carta doblada sobre la mesa y mirándonos a mi hermana y a mi. Su mirada tiene un brillo de lástima y aparto los ojos de inmediato.

—Vivimos como nómadas durante toda nuestra vida, éramos artistas itinerantes, vivíamos bien hasta que se presentó nuestro primer celo.

Una anciana apareció arrastrando uno de sus pies y Haneul le hizo señas con la mano para que se sentase a su lado, frente a nosotros. La omega recién llegada olía a romero y su piel estaba tan arrugada que era difícil distinguir sus expresiones, se sentó frente a Chae y a petición de la señora Kim continuamos nuestro relato.

—Los primeros años y después del shock inicial de que Jimin resultase ser un omega todo funcionó de forma similar a cuando éramos niños.—Mi hermana dejó el trozo de pan que comía para centrarse en nuestra historia, yo nunca hablaba de ello.—Mamá creía que estábamos seguros, al fin y al cabo, el resto de artistas eran nuestra familia, crecimos con ellos.

—Y era alfa.—Añadí yo sin levantar la vista de mi cuenco a medio comer, sabía que la señora Kim lo sabría si conocía a mi madre, pero el resto no y ya que íbamos a contarles toda la historia no quería omitir detalles.

—Ya, eso, mamá era alfa y supongo que por eso que ambos fuésemos omegas fue inesperado. De dos alfas nacieron dos omegas, era absurdo. Pero bueno, ¿no es extraño también una mujer alfa?

—Hay más alfas hembra que omegas macho.—Apuntó la anciana.

Era un dato que todos sabían, aunque yo tenía mis grandes dudas sobre si la existencia de omegas macho era casi nula porque los mataban. La anciana y yo nos miramos a los ojos, no supe qué significaba su mirada empequeñecida ni su expresión seria y aunque estaba acostumbrado a evitar conflictos por pura supervivencia no bajé la mirada ante ella.