Mi hermana caminaba unos metros por delante de mi, podía escuchar su respiración cansada y es que hacía casi siete horas que nos habíamos quedado sin agua.
Las hojas bajo nuestros pies ya no eran solo marrones y la tierra parecía más oscura, si nuestro instinto seguía funcionado no tardaríamos en encontrar un río.
Llévabamos cuatro meses de viaje, caminando sin apenas descansar, según las indicaciones de mamá estábamos cerca de nuestro destino.
Si hubiésemos podido movernos en nuestra forma lobuna todo hubiese sido más fácil y rápido, pero mucho más peligroso siendo dos omegas solos con un pelaje casi tan claro como la luna.
Así que no nos quedaba más remedio que desplazarnos en nuestra forma humana, tratando de camuflarnos como podíamos y armados hasta los dientes.
Por suerte, hasta el momento no tuvimos ningún incidente importante, somos sigilosos y siempre estamos alerta, así que a la mínima duda de peligro huíamos tratando no desviarnos de nuestro camino.
Chaeyoung paró por un momento, apoyó las manos sobre sus rodillas y su cabello recogido en una trenza se desplazó hacia adelante por encima de su hombro, me posicioné junto a ella y también me permití tomar un poco de más aire del que nos permitía caminar cargados y sedientos.
Ella me miró, sus cejas estaban fruncidas y unas marcadas ojeras decoraban su mirada, tenía los labios muy secos e hice un gesto para que nos sentáramos entre la hojarasca.
Mientras se sentaba sacó la brújula del bolsillo de su pantalón y el mapa enganchado a una de las tiras de su mochila, lo abrió y comenzó a recorrer con el dedo el camino que llévabamos desde un inicio.
Me permití alzar la cabeza y cerrar los ojos por un momento, conecté con mis sentidos animales y mi lobo lo agradeció. Enterré los dedos en la tierra y aspiré el ambiente, todo indicaba que había llovido hacía poco, tal vez unos dos días atrás. Eso era bueno, significaba que parte de nuestras pisadas se habrían borrado solas.
Intenté agudizar mis oídos, con suerte escuchaba el agua de algún arroyo, pero lo que llegué a oír no fue tan agradable. Abrí los ojos de golpe y me puse en pie. Chae me imitó cogiendo sus cosas del suelo, me miró y sus ojos preguntaban si tendríamos tiempo de huir. Negué con la cabeza y nos colocamos espalda con espalda.
Cuando teníamos listas nuestras armas ya estábamos siendo rodeados, escuché como Chae apretaba su ballesta y yo coloqué mis dedos de forma estratégica sobre mis cuchillos, dispuesto a lanzarlos en el primer ataque.
Tres alfas en su forma lobuna nos rodeaban, eran de color pardo, aunque sus tonalidades variaban un poco.
Sabíamos que ésto podía pasar, pero era jodido que nos asaltasen a pocos kilómetros de nuestro destino. Con suerte aquellos alfas se embriagaban de nuestros olores y nos daban una oportunidad de huir. Codeé a Chae y ambos liberamos con medida nuestro olor: miel y canela.
Cuatro patas corriendo a toda velocidad lograron que mi hermana y yo nos pusiésemos el doble de alerta, los alfas dirigieron sus cabezas hacia el lugar de donde provenían las pisadas y me llegó el olor: cerezas.
Una omega bastante joven con pelaje negro y gris apareció situándose en medio del círculo, por las poses y sus miradas supe que se conocían y se estaban comunicando. La loba bajó su cabeza y nos olisqueó desde donde estaba, pero poco a poco se nos fue acercando.
No podíamos atacar. Si bien los omegas éramos monedas de cambio y personas de uso para los alfas si te metías con la omega de un clan o una omega marcada te estabas sentenciando a muerte o a ser su nuevo esclavo.
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🍃"You Are My Garden"🍃-OMEGAVERSE (Kookmin) (COMPLETADA)
FanfictionLos mellizos Park llegan al Clan Kim en busca de protección después de años huyendo junto a su madre. En un mundo dónde los omegas son infravalorados, usados y vendidos, ser un omega macho significa no tener nunca una vida tranquila y feliz. Park Ji...