🍃"You Are My Garden"🍃-OMEGAVERSE (Kookmin) (COMPLETADA)

🍃.44.🍃

Me esperaba lo peor, y aunque me resistí y luché, estaba encadenado y ellos eran más. Así que después de varios golpes me dejé llevar, ni si quiera mi lobo luchaba por salir, imité a las chicas y me dejé arrastrar.

¿Se podía salir de tu cuerpo durante un tiempo? ¿Despersonalizarte? Ni si quiera sabía si así se decía. Yo nunca había sido muy dado a la meditación, así que si aquello era posible yo no lo iba a conseguir en éstos momentos.

Impacté contra el suelo de nuevo, ésta vez me tiraron con mucha fuerza, golpearon de nuevo. Mantuve los ojos cerrados. Manos comenzaron a rasgar mi ropa. Oía los llantos de las omegas. No volví a abrir los ojos.

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.Jungkook.

Estábamos agotados, sin haber parado de correr, sin haber comido, bebiendo solo una vez. Pero al fin habíamos encontrado un rastro peor borrado.

Mi lobo me aseguraba que íbamos por buen camino, que estábamos cerca. Podía ser mi imaginación, podía ser que se me estaba yendo la cabeza, porque yo no tenía un lazo con Jimin, ni si quiera noté cuando mi omega estuvo en peligro, lo que sentí directamente fue su muerte. ¿Acaso era posible sentirlo aún sin tener nada que nos conectase?

Pero mis patas se seguían impulsando con fuerza, con los demás atrás mía, a la par de la loba de color claro. Y ella fue la que me indicó sin si quiera mirarme que mi lobo no mentía y que no me estaba volviendo loco. Chaeyoung corría con más fuerza, jadeante, pero sin descanso. Ella tenía una conexión fuerte con su mellizo e iba en la misma dirección que yo, impulsada por una fuerza que hacía unos minutos atrás parecía no tener.

Jimin estaba cerca.

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Lamidas, mordiscos, arañazos y dedos que trataban de arrancarme el collar de cuero con fuerza bruta.

Una lágrima traicionera escapó de uno de mis ojos cerrados, apretaba los labios con fuerza a pesar de que me dolían por un par de golpes que recibí en la boca.

Ya nada me cubría la piel, me dieron la vuelta, colocándome boca abajo, haciendo fuerza de más contra uno de mis hombros, las garras se clavaron en mi piel y aún así el alfa apretó aún más y mi hombro crujió.

Me mordí los labios heridos para no soltar ningún sonido a pesar del dolor. Mi cara medio enterrada en la tierra, me entraba incluso por la nariz al respirar. Sería un buen momento para dejar de hacerlo.

Las chicas lloraban, los tipos rugían y reían, insultaban, golpeaban.

Abrieron mis piernas, tiraron de las cadenas de los tobillos y también de las de las muñecas, hacia arriba, por sobre mi cabeza, mi hombro volvió a crujir y ésta vez no pude evitar dejar escapar un grito de dolor. Me lo habían roto.

Tembloroso, dolorido y aterrado hundí más medio rostro en la tierra.

Ojalá terminen con mi vida.

Me mordieron de nuevo, cerca, muy cerca del cuello, del lugar dónde las marcas se hacían, de dónde liberábamos más olor. Chillé y mi cuerpo se agitó a pesar de las cadenas tensas. Uno de ellos se colocó sobre mí, el roce de su ropa y el calor que desprendía su cuerpo me dieron ganas de vomitar.

—¡¿Qué estáis haciendo?!—Gritó una voz que conocía ya y que ahora odiaba con toda mi alma.

Las cadenas no se destensaban, notaba el calor de mi sangre chorrear dónde los cierres me cortaban y arañaban la piel. El tipo que se había posicionado encima de mi se alejó, colocándose de pie a un lado de mi cuerpo. No abrí los ojos.