🍃.42.🍃

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Muchas veces creemos que los mayores exageran, incluso yo, que aprendí a la fuerza en no confíar en nadie terminé confiando en quien menos debía.

El frío me cala los huesos y estar encerrado en la jaula de un carromato sólo me hace sentir más congelado de lo que en realidad estoy. Las cadenas resuenan con el traqueteo del camino y no puedo moverme mucho si no quiero terminar terriblemente lastimado.

Las heridas de mis muñecas y tobillos aún sangran aunque esté inmóvil y el collarín de cuero que atenaza mi cuello me hace rozaduras en la piel.

No me sale ni una lágrima aunque las siento todas agolpadas tras mis ojos y tengo los labios apretados porque el nudo de mi garganta es semejante a tener una pelota de tenis atorada.

No tengo esperanzas de que alguien ajeno a aquel grupo me vea, ya que la jaula se encuentra tapada por una manta gruesa de color azul añil.

Hace unas horas, si no calculo mal a pesar de haber estado inconsciente por no sé cuánto tiempo, estaba en el poblado, perteneciendo al Clan Kim.

Siento un dolor indescriptible en mi interior, tal vez es mi imaginación, pero creo sentir unos lazos que salen desde mi pecho hasta algún lugar, invisibles, que se estiran y se estiran, pero se romperán en cualquier momento.

Creo que mamá lo siente, creo que Chae lo siente, creo que hasta Jungkook lo siente...

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19 horas antes...

De camino a casa, cuando ya estoy rodeado de árboles y no soy capaz de ver las demás casas debido al espesor de la vegetación, un alfa de cabello plateado y nariz fina aparece en mi visión. Me quedo quieto por la sorpresa y luego continúo caminando, habiendo apartado la mirada de él, porque a pesar de no ser muy grande me resulta imponente.

—Hola.

—Hola.—Respondo con la voz pequeña.

—Venía a despedirme, a pesar de haber alargado nuestra estancia, no habéis bajado a vernos ni una sola vez.—Dijo ya a pocos pasos de mí, sus ojos eran muy claros, las venas se transparentaban a través de su piel pálida.—Es una pena.

—Bueno, estábamos ocupados...

Él se rió de lado, una carcajada corta y seca, yo me removí incómodo y él se dedicó a mirar las copas de los árboles con los brazos cruzados.

—Ya... El trabajo y un par de alfas un tanto posesivos, ¿no?

Alzó una ceja cuando volvió a mirarme al decir aquello y yo miré hacia otro lado, la casa de Hoseok estaba a pocos pasos, podía ver parte del tejado desde dónde estábamos.

Como no respondí él se movió, descruzando los brazos y pareciendo relajado, apenas llevaba una camiseta de mangas cortas y unos vaqueros, como sie el frío no le afectase en absoluto. Supuse que estaba acostumbrado a él.

—Permíteme un consejo de alguien más mayor.—Sus ojos grises brillaron y aquella sonrisa torcida no se desdibujaba ni un poco.—Los alfas somos mandones, posesivos y... mentirosos.

Caminó a mi alrededor a cierta distancia, me sentía un poco cohibido pero a la vez fascinado por sus movimientos y el color de su pelo, su acento y el pálido de su piel. Podría ser él...

—Nos encanta poseer cosas, sobretodo si otro alfa muestra interés. Nos ocurre lo mismo con los omegas, sobretodo si son bonitos y... diferentes.—Sus dientes estaban perfectamente alineados, sus colmillos totalmente humanos eran un poco más afilados de lo común.

🍃"You Are My Garden"🍃-OMEGAVERSE (Kookmin) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora