🍃.18.🍃

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Horas más tarde los intrusos ya habían sido recogidos por las autoridades competentes, para ese entonces, Chae y yo nos escondimos en la choza de la curandera, el único lugar que podría enmascarar nuestro olor de la mejor manera.

Los alfas del bosque también habían tenido enfrentamiento con el resto de la manada nómada, pero no estaban heridos de gravedad ni mucho menos.

Cuando pudimos salir yo realmente dudaba de que de verdad se hubiesen llevado a esos tipos, porque, ¿cuándo funcionaba la ley a favor de los omegas?

Luego nos enteramos que el clan Kim maquilló un poco la verdad, si bien era cierto que nos atacaron con el objetivo de que quedarse con el poblado y las tierras también alegaron que habían atacado a la omega de un alfa, en concreto de Jeon Jungkook, que estaba un poco malherido y con rastros de celo.

Con ese argumento las autoridades se compadecieron del joven alfa, comprendiendo que en su estado y dada la situación era normal que hubiese atacado sin piedad.

Me alegraba que no hubiesen tomado represalias con Jungkook aunque el otro tipo hubiese acabado mucho peor aún estando completamente sano y siendo más grande que él.

Ahora estaba por fin recostado en uno de los catres de la choza de Nuna, llevaba encima una ropa que había sido tomada de urgencia de los cordeles del tendido para cuando se transformó de nuevo en humano en la espesura del bosque una vez vio que el resto del Clan estaba allí.

Kim Taehyung estaba sentado en el otro catre y Nuna le ponía un ungüento no muy espeso sobre algunos cortes que aún no habían cicatrizado después de que Chaeyoung lo ayudase a limpiar sus heridas.

Yo estaba cerca de la puerta enganchado con una mano a mi brazo contrario, sin saber muy bien qué hacer, podía escuchar al resto del clan hablando fuera de lo sucedido, ya habían llegado todos aquellos que estaban trabajando en el pueblo o la ciudad y los niños que se encontraban en las escuelas.

La anciana comenzó a caminar con ese andar torpe que la caracterizaba con un barreño lleno de agua, me apresuré a ayudarla y lo llevé hacia donde se dirigía, una banqueta pequeña junto a su nieto. Lo coloqué allí y ella desabotonó los primeros botones de aquella camisa color crema que le quedaba al alfa como cuatro tallas más grande.

—Limpia.—Me ordenó sin mirarme y dándose la vuelta de nuevo para buscar entre sus vitrinas atestadas de cosas.

Con las manos temblorosas aparté lo mínimo la tela, justo para dejar paso libre al paño con agua para limpiar una herida que tenía en la clavícula. El alfa tenía los ojos cerrados, el ceño fruncido y los puños apretados. Traté de ser suave y limpié una por una las heridas o arañazos que iba viendo, aún si eran pequeños.

—Me largo ya, es insoportable estar aquí.

La voz de Taehyung me sobresaltó y miré por encima de mi hombro logrando ver cómo se marchaba por la puerta entreabierta con la nariz tapada. Chae me miró, sus ojos bajaron por un momento detrás mío y cuando volvió a mirarme supe que quería decirme algo pero no iba a hacerlo. Al menos en ese momento.

Se disculpó con Nuna y salió de la choza.

La anciana estaba haciendo una mezcla que olía fuerte y dulce y yo volví a darme la vuelta, mojar el paño, escurrir y limpiar de nuevo. Mis manos ya no temblaban y mi cabeza se sentía pesada. No sabía si por todo lo ocurrido en la mañana o por el intenso olor que desprendía Jeon Jungkook y del que acababa de huir el pequeño de los Kim.

Trataba de mantener mi mente clara y me di cuenta que tenía un orificio cerca del cuello por la parte de atrás, el rastro de un colmillo clavado. Sentí un escalofrío desagradable recorrerme de los pies a la cabeza cuando imaginé que aquel alfa había tratado de morder el cuello de Jungkook, tal vez marcarlo.

De alfa a alfa, aquello podía ser muy peligroso.

Me apresuré en limpiar la zona con el trapo bien empapado y cuando lo retiré vi que escurrieron varias gotas de agua que caerían sobre el catre y la camisa prestada, traté de deternlas y secarlas con mi otra mano.

La piel de Jungkook estaba caliente y bajo mis dedos se erizó de pronto, vi cómo se removía y sus ojos se abrieron. El iris completamente rojo.

—No me toques.

Sonó como un gruñido, no era voz de mando, pero me sentí mal igual. Me aparté de él, dejando caer el trapo dentro del barreño. Sus ojos seguían clavados sobre mí, pero cuando las aletas de su nariz se movieron, probablemente porque su alfa buscaba mi olor, se dio la vuelta en el catre de inmediato, dándome la espalda y encogiéndose en sí mismo.

Nuna no se había dado la vuelta, pero yo sabía que por muy mayor que estuviese había oído a su nieto. Me sentí avergonzado de repente, di media vuelta y me marché.

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Nadie me cuestionó ni fue a insistirme cuando se dieron cuenta de que me mantuve encerrado en la habitación que compartía con mi hermana en casa de los Kim desde que regresé. Los había oído susurrar entre ellos, todos pensaban que quería estar solo por lo sucedido en la mañana.

Puede que tuviesen razón y si no fuera por lo que me dijo Jeon Jungkook en la choza estaría temblando de miedo porque aquel alfa hubiese podido hacerme daño como pretendía. Pero no, ahí estaba yo enfurruñado y con mi omega lloriqueando porque el alfa que nos había salvado nos rechazó.

Bueno, no nos rechazó porque yo no pretendía nada ni le estaba insinuando nada, simplemente me gruñó ordenando que no lo tocase.

Para mi lobo era lo mismo. Ya lo podía visualizar con las orejas gachas y la cabeza baja.

Maldita sea.

La puerta se abrió sin ningún tipo de aviso interrumpiendo mis pensamientos, dejando entrar a Chaeyoung, que cerró tras de sí y se sentó al borde de su cama.

—¿Quieres corretear un rato por el bosque? A tu lobo y a ti os vendrá bien un poco de aire fresco.

La miré, había colocado las manos bajo sus muslos y balanceaba sus pies descalzos, me miraba con expectación y una sonrisa pequeña, su cabello caía como una cascada plateada sobre sus hombros.

—Ya no hay forasteros y Hobi y Tae se han ofrecido a acompañarnos si te sientes más seguro.

Mi hermana estaba preocupada por mí de la misma forma que todos los demás pero aún más, con esa preocupación que te embarga solo con los seres queridos.

Podría haberme negado, pero no lo hice, me levanté en silencio y su sonrisa se hizo más amplia.

Mi lobo pareció animarse un poco con la idea y mi piel cosquilleó al notar cómo reclamaba un cambio de cuerpo. Sonreí y mi hermana entrelazó su brazo con el mío y tiró de ambos casi corriendo hasta salir, donde ambos alfas nos esperaban para marchar al bosque.

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Os leo 🍃


🍃"You Are My Garden"🍃-OMEGAVERSE (Kookmin) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora