🍃.27.🍃

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Los Lee poseían una tetería en tonos lavanda y con música ambiental en el centro del pueblo, el lugar me resultó acogedor nada más entrar, las campanillas que avisaban la llegada de un nuevo cliente, el aroma y la voz femenina que saludó fue un conjunto agradable al instante.

No había más que dos mesas ocupadas, en una había un grupo de tres señoras de edad cercana a la de Nuna y un hombre solo que parecía trabajar en un ordenador portátil.

—¡Jeon Nuna, dichosos los ojos que te ven!—La mujer que nos había saludado con voz dulce al llegar salió de detrás de la barra y fue con los brazos abiertos a abrazar a la anciana a mi lado.—Hacía meses que no bajabas, te hemos echado de menos.

Nuna se había soltado de mi brazo para corresponder a la mujer y luego se tomaron de las manos sonrientes, la dueña de la tetería tiró un poco de ella para hacerla sentarse en una silla mullidita y colocarse en la de al lado.

Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón ancho verde bosque y esperé a unos pasos de ellas.

—Está todo bien, ¿verdad?—La dulce mujer posó una mano sobre la de Nuna por encima de la mesa.

—Más que bien, Hyori.—Le contestó palmeándole el dorso de la mano, podía jurar que le brillaban los ojos, aún cuando me daba la espalda.

—Ya oí que tu nieto está mucho mejor, ya recuperado. Cómo me alegro, Nuna, a todos nos afectó mucho cuando nos enteramos de su situación.

La voz de la mujer bajó y su sonrisa desapareció, por el rabillo del ojo pude ver que las señoras miraban en su dirección y yo aparté la mirada y me moví distraídamente por el lugar.

Me paré en las vitrinas llenas de pasteles, pastitas, galletas y magdalenas. Todo tenía una pinta deliciosa y eso que no estaban llenos todos los estantes.

Una cortina de tiras de plástico brillantes se abrió y sonó, y como si me hubiesen leído el pensamiento, un chico apareció con una bandeja de merengues de color rosa pastel en las manos. La depositó en la barra y con mucho cuidado fue colocándolos uno por uno en la última balda de la vitrina refrigerada.

Cuando terminó pareció darse cuenta de mi presencia y sus ojos se posaron sobre los míos, me sonrió. Tenía una sonrisa bonita.

—¡Taemin, mira quién ha venido a vernos!

El chico desvió sus ojos para mirar a la mujer y su sonrisa se hizo más amplia cuando vió a Nuna. Casi corrió saliendo de detrás de la barra para agacharse y darle un abrazo. La omega me miró por encima del hombro del chico y me hizo señas con una mano para que me acercase.

—Familia Lee, éste es Park Jimin, mi nuevo ayudante.

Nuna acarició mi brazo de arriba a abajo cuando me coloqué a su lado, entre ella y el chico, que era más o menos de mi misma altura y tenía el cabello de color rubio ceniza.

Los tres nos inclinamos levemente para saludarnos de forma cortés y olfateé un poco de manera disimulada. Claramente la mujer era omega y el chico... Olía bien, pero no llegaba a captar un olor característico. Era un beta.

—Así que por fin has encontrado alguien a tu altura, ¿no?—Lee Hyori parecía divertida.

Nuna me miró y pude ver que me dedicaba una sonrisa que parecía exclusiva para mí. Ignoré las miradas de las señoras de unas mesas más hacia allá y las aletas de la nariz del hombre del ordenador que habían comenzado a olfatear el ambiente. Me dije a mí mismo que la esencia de alfa falsa funcionaba perfectamente para ocultar mi olor, aunque en el fondo, creía que era evidente que era omega.

🍃"You Are My Garden"🍃-OMEGAVERSE (Kookmin) (COMPLETADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora